623 Un adelanto de la dicha.

623     Un adelanto de la dicha.

En uno de los bellos pasajes del Evangelio se narra que subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a:
·        Pedro, Santiago y Juan.
Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró.
Esto fue para ellos como un adelanto de la dicha del Cielo.
Un adelanto significativo que le sirvió para entender desde entonces las grandezas de Dios y la rica exuberancia material y espiritual del Cielo:
·        “Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve.
·        “Y su rostro más resplandeciente que el sol”.
·        “Y se aparecieron Moisés y Elías”.
Pedro, muy emocionado, envuelto por las maravillas de Dios y gratamente aturdido por la belleza de la escena, exclamó:
·        “Señor: ¿Te parece, que hagamos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías?”.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía:
·        "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".
Aparte de la gratísima visión, este es el mensaje que Dios quiso dejarnos de aquel acontecimiento: “Escuchadlo”. Eso es lo que tenemos que hacer ahora: “Escuchadlo” y seguir su mensaje y su doctrina.
El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que con su fidelidad más le demostraban su amor y su tierna cercanía:
·        A ellos les quiso hacer: este regalo, este don, este sublime acontecimiento.
Fue un momento muy especial y gratificante de la vida de Jesús.
Nos dejó un ejemplo sensible y vivo de la gloria eterna y dichosa que nos espera en el cielo.
Los apóstoles vieron a Jesús con un majestuoso esplendor tan lleno de cercanía y de amor que casi no se puede describir:
·        “En su rostro y en sus vestidos había un brillo y un resplandor inusual”.
Pedro estaba plenamente feliz, gozando de este gratísimo anticipo del cielo:
·        “Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era”.
·        “Él hubiera querido quedarse ahí para siempre”.
Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías. Representantes de la ley y de los profetas:
·        Hablaban de la muerte de Jesús. Porque hablar de la muerte de Jesús: es hablar de su amor, es hablar de la salvación de todos los hombres y mujeres.
Y precisamente, Jesús transfigurado significa amor y salvación.
Pedro, Santiago y Juan experimentaron la dicha de lo que es el Cielo.
Después de ellos, Dios ha escogido a otros muchos santos para que compartieran esta experiencia antes de morir, entre ellos:
·        “Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros.
Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles. Y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña, pero estupenda, idea de la maravillosa grandeza que es el Cielo.


Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital   8 de noviembre de 2017


Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital   14 de noviembre de 2017