289 Silencio, rezamos




289    Silencio, rezamos

Es obvio que para rezar se necesita un ambiente de silencio y un ambiente de sosiego y paz, para de esta manera potenciar el trato con el Señor. La oración es un diálogo amoroso entre Dios y nosotros, un diálogo en el que el corazón de Dios se pone junto al nuestro, para que ambos sintonicen  y así  nosotros, pobres criaturas, podamos recibir la excelencia inconmensurable de los dones divinos. Dios a través de la oración: nos entrega  su grandeza, nos entrega un caudal inmenso de gracias, nos entrega su amor, y como un agradable complemento nos entrega gratuitamente la dedicada ternura de sus caricias. Pero para todo esto el silencio es necesario; y por el contrario cada vez es más frecuente el diálogo en las iglesias: la charla, los corrillos, el  murmullo, y esto en un día cualquiera, que no hay una conmemoración especial o bullanguera. En esos otros días de  conmemoraciones, como por ejemplo las primeras comuniones, el ambiente en muchos casos es: atroz, desapacible e incluso ofensivo y bochornoso, teniendo en cuenta la dignidad del acto  que se celebra. Pero incluso los cristianos más comprometidos se han acostumbrado al comentario, o mejor dicho nos hemos acostumbrado, y lo hacemos antes o después de la Santa Misa; nos hemos acostumbrado a la charla que siempre se acaba alargando y que rompe el silencio exterior e interior de los demás. En las iglesias de nuevo se deberían de poner  carteles bien grande y a la vista que pusiera: “silencio estamos rezando” o este otro: “silencio lugar de oración” o también podría servir: “por respeto al Señor, silencio” en último caso para aclarar la situación pongamos: “Dios habita en la Eucaristía y Ella está en el sagrario y el  sagrario está aquí, respeto por favor” con este último mensaje quiero aclarar que lo importante es insistir en que Dios habita allí y le deberemos respeto. Hoy debido a la baja preparación religiosa de los que en muchas ocasiones van a la iglesia es necesario aclarar que Jesucristo está presente en la Eucaristía, en ese trozo de Pan que se recibe al comulgar. ¡Si los que lo entendemos: hablamos y hablamos sin respeto, que harán los que no entienden o no quieren entender! Para terminar una anécdota: Un sacerdote quería saber si un niño estaba preparado para hacer la Comunión y para ello le enseñó dos objetos sagrados: el crucifijo y el sagrario, y le preguntó: “Donde esta Dios” y el niño primero señaló el crucifijo y dijo: “aquí parece que está pero no está” y a continuación señalando el sagrario dijo: “aquí parece que no está pero si esta”. Hoy por desgracia hay muchas personas que no conocen esta realidad y saludan con mucha veneración las imágenes pero no respetan el sagrario, pues para ellos no significa nada, desconocen por desgracia el significado. Hace falta formación cristiana, catequesis, doctrina y además vivencias, auténtica vida cristiana; sólo de esta manera, con la doctrina y el ejemplo, conquistaremos el mundo para que Jesús sea Rey, pero Rey de nuestros corazones.

Publicado en Forumlibertas.com   25 de noviembre de 2013
Publicada en Diario JAÉN  29 de noviembre de 2013