88 En Andújar una Virgen andaluza

88   En Andújar una Virgen andaluza

La peculiaridad de la devoción a la Virgen en Andalucía es innegable, aquí a la Virgen la queremos de una manera singular; y la queremos, si podemos hablar así, de una manera entusiasta, de una manera ruidosa, callejera y festiva. A veces esta devoción puede no ser la más adecuada pues las devociones requieren: seriedad y silencio. La bulla como tal puede ser un impedimento para la oración y para la contemplación, requisitos imprescindibles para vivir cualquier devoción religiosa. San Juan Pablo II en alguna ocasión, quiero entender que, dijo que el que baila reza tres veces al igual que el que canta dos. A fin de cuentas podemos entender que la oración es un diálogo de amor y el amor se puede manifestar de muchas maneras distintas; hay quien ama de una manera apasionada y comunicativa y hay otros que aman en el silencio y en la intimidad.
Aquí en Andalucía sabemos amar: cantando y bailando, y sabemos también igualmente rezar: cantando y bailando, y es por ello por lo que nos van bien las devociones callejeras al igual que nos van bien las emociones callejeras y nos van bien expresar en ocasiones sentimientos profundos delante de una multitud. Por ejemplo la saeta es una oración llena de sentimientos, que se canta en Semana Santa, y en ella la oración fluye, y se hace ante la Virgen o ante Cristo, pero en un lugar en el que la multitud es un elemento prioritario.
En Andalucía se sabe entrelazar la multitud y la bulla con la profundidad del sentimiento religioso y con la oración. Por ejemplo en nuestras devociones religiosas callejeras está la figura del costalero y del andero, ellos son los que llevan a nuestras sagradas imágenes en procesión, y si ellos lo hacen: con el corazón y poniendo todo el alma, su sacrificio es la bella oración de un cuerpo que por amor sufre.
Consideró que siempre y en todos estos casos es el amor el que da validez y autenticidad a una oración, tanto si se da en una situación callejera y bullanguera, como si se da en el silencio de una capilla, o en el silencio de tu casa.
El amor es el detonante de la validez, que nos indica la autenticidad real de ese diálogo íntimo entre Dios o la Virgen y nosotros.
Ahora, desde España y hace unos año, un testimonio de nuestro querido papa, el desde hace pocos días, San Juan Pablo II: <<<Juan Pablo II también tuvo detalles de cercanía y buen humor cuando, en Zaragoza, después de ver bailar unas jotas, tras el rezo del Rosario, improvisó: «Ahora, un problema para los teólogos: San Agustín decía que quien canta reza dos veces. Yo me pregunto: ¿cuántas veces reza el que baila?». El cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, recuerda que cuando fue recibido en el aeropuerto, lo recibió bailando un grupo de sevillanas, y al Papa le gustó y se quedó más tiempo del previsto, ¡y los maestros de ceremonias tirando de él!>>>


Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 1 de mayo de 2014