Diario Jaén... . .

 LUNES, 25 DE FEBRERO DE 2013 16:54 OPINIÓN -

CARTAS DE LOS LECTORES ... . . 

Rafael Gutiérrez Amaro desde Linares..... .

228  Alegría..... . .

No voy a hablar aquí de la alegría trepidante de una noche de “marcha”. Aunque si la “marcha” es sana, sana es también la alegría. Quiero entrar en los entresijos y en los vericuetos de la verdadera alegría, que es la que procede de la esencia del ser. O lo que es lo mismo, quiero hablar de la alegría que proviene de estar en coherencia con nuestra propia esencia. En muchas ocasiones somos más proclives a aliarnos con la tristeza, con el pesimismo, con el decaimiento, con la melancolía; y esto nos hace alejarnos de la alegría y como consecuencia alejarnos de los demás; porque nos volvemos: ariscos, antipáticos, déspotas, etcétera y nos alejamos también de Dios. San Francisco de Sales decía: “Que un santo triste era un triste santo”. Dios nos quiere alegres, porque nos ha creado para ser inmensamente felices. El que vive alejado de Dios podrá vivir una alegría bulliciosa, festiva; pero no la auténtica alegría que de Él procede. Todo el caudal de felicidad que viene al mundo procede de Él, Dios es causa única de ese gran e imprescindible don. Yo desde aquí hago una llamada a la alegría, para que de esta manera el mundo participe mejor de los dones de su Creador. A veces hay demasiadas caras largas, demasiadas tensiones, demasiados malos modos, demasiada seriedad y poca risa, poca alegría en el alma y en el cuerpo. Quizás también por que haya poca paz; la paz engendra alegría, engendra amor, engendra felicidad. La paz junto con la alegría engendran vida. En estos tiempos tan difíciles, tan tremendamente difíciles para todos, tan difíciles para los españoles. En estos tiempos en los que todo se tambalea bajo el peso de la incredulidad. Nadie queremos creer lo que nuestros ojos ven. En estos tiempos lamentablemente tristes hay que ganarle terreno a la alegría. El pesimismo deteriora nuestra alma. Y nuestra alma alicaída bajo el peso del dolor tiene que recobrar el esplendor de otros tiempos y la alegría es nuestro gran aliado. La alegría de comprobar que todo va a ser mejor, la alegría de saber que la victoria está asegurada. La alegría de saber que la crisis económica y que la crisis moral serán derrotadas y que en el horizonte el sol brillaba de nuevo. Y vendrán de Oriente y Occidente a descubrir esa estrella que siempre ha llenado nuestras vidas y todo será mejor y el desolador paisaje de la España actual caerá y la alegría ocupará nuestro cielo y todos andaremos a paso rápido hacia la felicidad perfecta, y Dios, ese Dios olvidado, ocupará su lugar; y tú el tuyo; y yo, yo el mío. Y todos a una compartiremos nuestra alegría. Y hasta el ciego descubrirá que todo ha cambiado y el sordo oirá la nueva melodía y el cojo, ese torpe cojo, descubrirá la rapidez trepidante de nuevas veredas, y España será otra y todos anonadados ante lo que comprobamos caminaremos felices. ¡Y esto!, esto puede y debe ser verdad y lo será: si yo, tú y el otro nos lo creemos, pues la vida se hace vida en la vida de las personas.

.