459 Y el niño devolvió sus trofeos.
Hay veces, que los más pequeños son los que más
enseñan a los mayores. Esto mismo ha ocurrido con la historia de Yago, un chico
de siete años que, con su actitud, ha hecho algo más grande el mundo del
deporte. Y ello gracias a una carta y una acción con las que ha encarnado todos
los valores que debe transmitir el deporte.
Con
apenas siete años Yago Horno Mateo ha dado toda una lección de deportividad.
El
pequeño estaba participando en un torneo de golf en Isla Canela (Huelva)
organizado por la Federación Andaluza de Golf y puntuable a nivel nacional.
Yago terminó el recorrido con 50
golpes, una grandísima marca que le abría las puertas del campeonato de España.
El menor se fue a su casa contentísimo con el trofeo recibido, pero al llegar
se dio cuenta de un error.
El padre de
Yago, Kostka Horno, explica:
·
"Después
de un torneo, tengo la rutina de pasar los resultados a una tarjeta limpia.
Cuando sumé los golpes de Yago vi que los números no cuadraban, me salían 51 y
no 50 como se había reflejado en la tarjeta. Con lo cual no hubiera ganado”.
Horno
aseguró:
·
"Mi
hijo se quedó en estado de shock. Estaba muy preocupado por la reacción de los
demás. Había sido un error, pero no quería que nadie pensara que era un
tramposo y su gran preocupación además era que no se enterara su madre".
El
progenitor nos dice:
·
“Quise que
Yago tomase la decisión: podía no decírselo a nadie o cumplir con las reglas y
comunicar el error a la Federación".
·
“Esto le
dejó hecho polvo; pero se marchó, reflexiono y regresó a la hora diciendo que
quería renunciar a los trofeos".
·
“Y así lo
hizo”
El padre de
Yago, Kostka Horno, afirmó:
·
“He recibido
muchos mensajes de padres valorando la acción y confesando que les ha hecho
reflexionar sobre la manera de vivir el deporte".
La carta manuscrita, en la que cuenta a la federación lo
sucedido y su renuncia al trofeo, está dando estos días mil vueltas por las
redes sociales.
Un hecho que no se le olvidará nunca a Yago, y que
costará quitar de la memoria de los aficionados, que han asistido a otra
pequeña demostración de la belleza del deporte.
Un niño singular, un deportista, un héroe, un ejemplo de virtud, una buena acción, una
acción meritoria, una muy buena educación recibida, un niño honesto, un niño
honrado… Yago.
Y es muy bueno que los mayores aprendamos. Esto es un
reto para nuestro, tantas veces, recalcitrante y podrido egoísmo.
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 19 marzo de 2016
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 21 marzo 2016
Publicada en El Periódico.
Digital 26 marzo de
2016
Publicada
en Diario JAÉN 28 de marzo 2016
Publicado en Forumlibertas.com “La firma” 29 de marzo de 2016