501 La belleza del matrimonio.

501   La belleza del matrimonio.

Robert Spaemann  es considerado el filósofo alemán católico más importante de las últimas décadas:
·        San Juan Pablo II lo tuvo como consejero.
·        Benedicto XVI lo aprecia como amigo.
Para el pensador alemán resultan alarmantes las cifras de rupturas matrimoniales de las sociedades occidentales, pero mayor preocupación suscita la mentalidad divorcista que ha prendido entre los católicos.
También entre los creyentes el matrimonio ha dejado de considerarse una realidad nueva e independiente y que no puede ser disuelta ni por la voluntad de los cónyuges, ni por la decisión de un sínodo o del Papa.
La belleza de la vida matrimonial solo puede brillar cuando se presentan también sus exigencias, sin diluirlas ni rebajarlas
No nos podemos rendir a la corriente dominante. Es cierto que esta visión del matrimonio choca con ciertos valores actuales, pero no hay que olvidar que tradicionalmente el mensaje cristiano ha chocado con los modos de vida predominantes.
También hoy la Iglesia, lo quiera o no, se está convirtiendo en una contracultura, y su futuro dependerá de su fidelidad a las enseñanzas del Evangelio, con independencia de lo aceptado socialmente.
Para Spaemann, un cambio en la postura de la Iglesia sobre el matrimonio supondría una capitulación:
·        Aceptar de alguna manera el segundo matrimonio de un divorciado no solo está en contradicción con la doctrina evangélica; significaría transformar el concubinato adúltero en una unión aceptable bendecida por la Iglesia en nombre de Dios.
Hay un inmenso atractivo en la idea de que la unión de un hombre y una mujer está escrita en el cielo, que perdura en lo alto, y que nada puede destruirla.
Esta convicción es una maravillosa y estimulante fuente de fortaleza y gozo para aquellos esposos que se enfrentan a crisis matrimoniales y que buscan encender de nuevo su viejo amor.
Eso no supone que no haya que apoyar a las víctimas. Eso no es discriminación ni una falta de caridad con quienes han iniciado una nueva unión:
·        “Apoyar a nuestros hermanos cristianos que se han vuelto a casar, mostrarles nuestra comprensión y asegurarles la solidaridad de la comunidad es un deber de misericordia”.
Pero esa atención no obliga a rebajar sus deberes:
·        “Además, admitirles a la comunión sin contrición y sin regularizar su situación sería una ofensa contra la Eucaristía”.
Ante la belleza del matrimonio cristiano es doloroso percatarse de que muchos católicos contraen matrimonio sin estar convencidos de su indisolubilidad.
Se casan sin conocer las implicaciones del sacramento.
La culpa de ello, en gran parte, es que la propia Iglesia en la preparación al matrimonio cristiano, muchas veces, no presta a las parejas comprometidas una imagen clara de las responsabilidades que asumen.
Spaemann cree necesario promover el atractivo de la concepción cristiana del matrimonio, en lugar de buscar alternativas al criterio tradicional o disminuir las responsabilidades que comporta el compromiso conyugal, pues la belleza de la vida matrimonial solo puede brillar cuando se presentan también sus exigencias, sin diluirlas ni rebajarlas.

Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital   12 de abril de 2017 
                               
Publicada en Diario JAÉN      21 de abril de 2017