23  Un belén, unos niños, una gran luz.  

Que fácil resulta, en tantas ocasiones, hacer de los acontecimientos cotidianos un canto poético: que nos “empape” de emoción el alma. y esto sucede, cuando los aconteceres, somos capaces de vivirlos con el deseo: de trascender, de vibrar, de sentir el espíritu que aletea en nuestro interior, y buscamos: la belleza escondida; el trasfondo emotivo; eI sentimiento hondo que nos transforma y nos reconforta. El día l8 de Noviembre, leo en un diario que en Sevilla: "Unicef Andalucia, C. Sevillana de Electricidad y Ia Asociación local de Belenistas, firman un acuerdo para hacer un Belén a beneficio de Unicef" y de ahí parte el bello montaje de Ia historia: “es bello todo Io que es humano”  ¡ ¡ verdad ! ! Y esto, además de ser bello: “Un BeIén lo es” y Ia solidaridad también, es humano, tremendamente humano, porque los niños de todo eI mundo, los: marginados, enfermos, pobres... etc, recibirán Ia ayuda: ayuda inestimable, para el que tanto necesita. Pero hay un tercer elemento que da más “Luz” aún a la estética belleza del cuadro, y ese tercer componente que da “luz” es la C. Sevillana, ¿y porque? Pues porque en Belén nace un Niño, un Niño que será hasta eI final de los tiempos la “luz” del mundo, la “luz" que alumbrará a todos Ios hombres de toda Ia tierra iy además, para siempre! Composición escénica: Un niño, que es La Luz del mundo nace en Belén.   
Simbolismo: EI niño, lo simboliza Unicef; La luz del mundo lo representa la C. Sevillana; y BeIén, queda bellamente simbolizado por Ia Asociación de Belenistas.  He querido transmitir este mensaje, porque me parece que debemos desentrañar de la “ocultez” de los acontecimientos -de lo escondido- aquellos sentimientos que alimentan nuestro espíritu, y nos ayudan a ser más humanos y más receptivos a la hora de hacer eI bien.                     
Esta carta, con la que he procurado “iluminar”, un poco al menos, este oscuro a veces, camino de Ia vida, se la dedico a estas instituciones empresariales o humanitarias, para que en todas ellas eI hombre, ante todo, brille con luz verdadera, y para que se prescinda de lo que haya que prescindir, para que en el centro este todo hombre, ¡¡ todos los hombres !! ¡¡ Ia vida en su integridad !!, dejando a un lado lucros desmesurados y vanaglorias estériles  y por encima solo la luz de los pueblos: Jesucristo, para que aquel, eso sí, ¡¡ que libremente quiera !! pueda seguir su brillante resplandor.

Publicado en Diario JAÉN    29  del  11   de 1995
Publicado en Diario ALMERIA     28  del  11   de 1995
Publicado en Diario IDEAL           4  del  12  de 1995
Publicado en Diario CÓRDOBA        4  del  12  de 1995
Publicado en Diario País  Andalucía   11 del  12  de 1995