265 Matrimonio:
diálogo, respeto, cariño y amor.
Actualmente no es fácil la vida matrimonial pues muchos
de los elementos necesarios para la convivencia no son aceptados socialmente
por las personas. Además la sociedad a través de los diversos medios de
comunicación, de entretenimiento, de formación, no fomentan actitudes para mejorar
los pilares que sustentan el matrimonio
y la familia; más bien estos medios son un gran obstáculo para mantener firme
una relación matrimonial. Hoy el matrimonio no goza de buena salud, teniendo en
cuenta que la estructura actual, el entramado social está construido sobre
valoraciones de: placer, sensualidad, egoísmo, discordia, desapego familiar,
rupturas, desencuentros … En primer lugar un obstáculo importante es que no se
busca el entendimiento mutuo, no existe actualmente en los matrimonios un
diálogo constructivo, cuestión ésta que se debía de fomentar incluso a nivel
institucional para poder parar la avalancha de rupturas que, entre otras cosas, provocan en los hijos situaciones
dramáticas y en algunos casos socialmente escalofriantes. En los Institutos de
Enseñanza Secundaria, de los cuales yo soy profesor, muchos de los fracasos
escolares se deben: al mal entendimiento de los padres, a los desencuentros amorosos,
a las crisis matrimoniales, a las rupturas dramáticas e irreconciliables; todo
ello produce en los jóvenes, y más aún en los niños, unos desequilibrios
psicológicos y emocionales terribles, y en ese ambiente los jóvenes no
estudian, pues lógicamente no se concentran en la actividad educativa, y por
otro lado, a veces, no estudiando manifiestan un rechazo a los padres a los que
quisieran querer pero no pueden querer, pues allí nadie se entiende, allí no
hay amor; todo en el hogar, en estos casos, es decepcionante y poco propicio o
nada para que los hijos puedan crecer sanos: corporal, mental, espiritual y
psicológicamente, de acuerdo con su edad. El ambiente educativo en las aulas
donde hay alumnos con esta problemática es ciertamente de fondo pues en muchas
ocasiones los fracasos de sus familias producen en los hijos una actitud de
rebeldía: ante los profesores, ante los educadores y ante todo aquel que llegue
una responsabilidad de gobierno. Los gobiernos debían de preocuparse en preparar
a los padres para la convivencia familiar, para el diálogo, para crear en el
hogar un ambiente de paz y armonía en el que puedan crecer sus hijos, cuando
los hijos crecen en ambientes turbios con actitudes violentas, en donde es
frecuente el maltrato: verbal, psíquico, físico, sexual o emocional, no puede
construirse un crecimiento armónico de la persona, de la mente y de las
distintas capacidades que acompañan a la madurez de la persona; en este
ambiente los jóvenes van de problema en
problema, de desacierto en desacierto, y los niños de psicólogo y de
psiquiatra a psiquiatra y psicólogo, más que el camino de la madurez es el
camino de una destrucción lenta pero anticipada, de un caos emocional que le acompañara todo su vida.
Cuando el matrimonio no dialoga convenientemente, no es una roca firme: de
comprensión y de convivencia, no es un recinto de cariño en el que prevalece el
amor sobre lo demás, el caos está asegurado y la violencia doméstica, entre
cada uno de los sectores, en ese clima es fácil de diagnosticar y difícil de
evitar. Muchos matrimonios ya han llegado tarde y la contundencia de la ruptura es evidente; otros por su falta
de preparación, por su falta de interés, por la superficialidad con la que viven en el
matrimonio y para el matrimonio y los hijos; unos y otros, son presa segura de estos
terribles diagnósticos. y tú, que esto lees, en qué situación estas:
despreocupado sin importarte los peligros, involucrado en una acción formativa
para no caer en el error, o no se sabe dónde; pues es bueno que te vayas
ubicando para no caer en la trampa social de un matrimonio maltrecho: sin
raíces, sin futuro y sin meta. Decide si no quieres vivir para siempre una situación inestable
llena de sufrimientos y de pesadillas. En muchos lugares hay cursos de
orientación familiar, pero ve a lo seguro no todo es bueno ni todo es
formativo. En Jaén el Opus Dei y otras instituciones eclesiales organizan
cursos en este sentido: no lo dejes, no te abandones, no te despreocupes; por
la dignidad de tu familia y su bienestar y su salud y su equilibrio emocional,
debes de estar alerta. Mañana puede que sea demasiado tarde.
Publicada en Diario JAÉN 21 de agosto de 2013