164 Lo singular de la amistad sincera.

164   Lo singular de la amistad sincera.

A lo largo de la vida, cuando van pasando los años, uno encuentra a muchos amigos: amigos de ayer, amigos de hoy y amigos de siempre. Amigos de verdad en los que uno se puede apoyar con firmeza.
Unos te enseñan a conocer a Jesucristo, otros a amar y perdonar, otros a sufrir con dignidad, otros a valorar las realidades profunda, otros a sobrellevar los malos momentos, otros a vivir con habilidad el cada día, otros a vivir con autenticidad las virtudes humanas, otros a disfrutar de la felicidad y otros…
Uno puede encontrar a estos amigos: en la Iglesia, en el deporte, en el transcurrir diario, en la naturaleza, en el trabajo, en la familia, en el colegio, en el barrio, en la calle, en…
Para todos ellos quiero dedicar estas palabras:
A todos aquellos en los que siempre se puede encontrar la ayuda de unas pisadas firmes con las que no perder la ruta. 
A todos los que evitáis siempre la traición.
A todos los que sois con vuestros amigos: leales, respetuosos, tolerantes, sinceros, amables, alegres, …
A todos lo que sabéis vivir ese compañerismo inherente a la amistad.
A todos los que sois guías en la oscuridad de las noches tenebrosas. 
A los que sois para los demás sol en los claros días de cielo azul. 
A los que sois para los demás aliento cuando les falta el aire. 
A los que sois para los demás bastón cuando sus pies se doblegan. 
A los que sois para los demás corazón cuando están inutilizados. 
A los que sois para los demás ojos cuando falta la luz.
A los que sois para los demás consejeros cuando dudan y se despistan.
A los que sois para los demás fuego cuando, a ellos, se les enfría el alma.
A los que sois para los demás amigos: hoy, ahora y siempre
Un abrazo a los que por amor sabéis estar al lado de todos. Y que Dios, que nos ama, de luz y vida a nuestras almas, a veces, achacosas y débiles. 
Y a los que tenéis el corazón de piedra y no entendéis: ni de amor, ni de amistad, ni de cariño; sólo puedo pedir a Jesucristo por vosotros para que os cambie ese corazón duro e inquebrantable por otro lleno de ternura en el que siempre pueda anidar el amor.

Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital   5 noviembre de 2014 

Publicada en DIARIO DE AVILA Digital 6 noviembre de 2014