495 Un indignante
clamor entre basura.
Según las autoridades de Etiopía se elevan a
62 el número de personas fallecidas tras el alud de una montaña de basura en
el basurero de Koshe en las afueras de la capital, Adís Abeba.
Cabe destacar que diariamente centenares de personas recogen basura en este vertedero y ello como medio de vida y en condiciones de total precariedad; e incluso tienen casas improvisadas dentro del mismo.
Cabe destacar que diariamente centenares de personas recogen basura en este vertedero y ello como medio de vida y en condiciones de total precariedad; e incluso tienen casas improvisadas dentro del mismo.
Testimonios de personas
que presenciaron los hechos revelan que, en el momento en que ocurrió, al menos
100 personas se encontraban ahí. Por el momento la causa del alud no está clara, aunque
habitantes de la zona dicen que en meses recientes se había reanudado el
lanzamiento de desechos allí, después de frecuentes protestas en una
instalación más moderna.
Una sobreviviente, Mulate Debebe, dijo a The Associated Press que estaba bañando a sus dos hijos en su vivienda el sábado a la noche cuando ocurrió el desastre: "Inicialmente escuché un ruido fuerte, aterrador, que venía de afuera, así que le dije a mi esposo que fuera a ver qué es lo que estaba sucediendo. Entonces el ruido se fue haciendo más y más fuerte, así que traté de salir corriendo, pero quedé atrapada por toda la basura a mí alrededor. Lo único que recuerdo después es que desperté en esta cama de hospital. Ni siquiera sé dónde están mi esposo ni mis hijos”. dijo la mujer, tendida en su cama de hospital.
Una sobreviviente, Mulate Debebe, dijo a The Associated Press que estaba bañando a sus dos hijos en su vivienda el sábado a la noche cuando ocurrió el desastre: "Inicialmente escuché un ruido fuerte, aterrador, que venía de afuera, así que le dije a mi esposo que fuera a ver qué es lo que estaba sucediendo. Entonces el ruido se fue haciendo más y más fuerte, así que traté de salir corriendo, pero quedé atrapada por toda la basura a mí alrededor. Lo único que recuerdo después es que desperté en esta cama de hospital. Ni siquiera sé dónde están mi esposo ni mis hijos”. dijo la mujer, tendida en su cama de hospital.
El alcalde de Adís Abeba dijo
que anteriormente este basurero recibía unas 300 mil toneladas de desechos cada
año.
Solomon Bussa, jefe de los servicios médicos del hospital Alert, que fue donde se trasladó a los heridos, dijo que muchas casas quedaron sepultadas por la basura y que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
Solomon Bussa, jefe de los servicios médicos del hospital Alert, que fue donde se trasladó a los heridos, dijo que muchas casas quedaron sepultadas por la basura y que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
Estos hechos nos indican la
apabullante indignidad del ser humano que permite que esto, o algo parecido, suceda
y además en muchos lugares del mundo y afectando a muchas personas.
Y mientras, por contraste,
muchas otras personas que podrían resolver estas situaciones viven en la
opulencia, ocupados exclusivamente en atesorar; y desligados absolutamente de
estas realidades tremendamente desgarradoras.
Ciertamente todo el mundo no
puede resolver estas situaciones, pero también es cierto que hay muchos que son
los causantes; y otros muchos, que sin ser directamente los causantes, sí
podrían resolverlas.
Recoger basura cada día para
comer y para subsistir es indigno por parte de quien lo permite y no busca
soluciones.
Que niños recogen basura más
indigno aún.
Vivir entre basura otra
muestra de perversa indignidad.
Y morir asfixiado entre
basura es el culmen de la deshumanización del ser humano.
De estos hechos deleznables
debería de salir un clamor incesante de indignación y de rebeldía; debería de
salir un deseo generalizado por parte del ser humano para contrarrestar esta
insostenible miseria.
De estas situaciones debería
de surgir un deseo mundial para eliminar esta lacra.
Aquí no vale el conformismo,
el encogerse de hombros, la
indiferencia. En estos casos hay que enfrentarse a las situaciones,
enfrentándose directamente a los que las originan; a esos indeseables que
vilmente se enriquecen a costa de que muchos millones de personas vivan en la
más absoluta marginación, vivan en una sociedad injusta privados de los más
elementales de sus derechos.
Podríamos decir basta ya,
pero eso no es suficiente, hay que actuar y actuar decididamente para
contrarrestar la iniquidad de corazones podridos, de corazones vacíos, de
corazones duros.
Muchos millones de personas
de este mundo son esclavos de la gran parte de maldad que hay en la condición
humana.
Para resolver estos
problemas:
·
Tenemos medios.
·
Tenemos posibilidades.
·
Tenemos
recursos.
·
Tenemos inteligencia y sabiduría.
Sólo hace falta voluntad y
empeño para eliminar de una vez la tremenda lacra de un mundo cruel, perverso,
deshumanizado y egoísta.
Publicada en DIARIO DE AVILA
Digital 15 marzo 2017
Publicado
en Diario de Córdoba. Digital 15 marzo
2017
Publicada
en Diario JAÉN 18 de marzo 2017