193    Navidad, una nueva luz.

Navidad, tiempo de esperanza, Navidad tiempo en el que la familia  es el centro de nuestras emociones. La familia en este tiempo se mima, se cuida, se aprecia, se defiende, se disfruta. Los que están lejos se reúnen, se abrazan, comparten y sea aman. La Navidad es un tiempo para la ilusión: las luces brillan con fuerza; el corazón palpita acelerado;  la vida vibra emocionada y la amistad es más clara, más verdadera, más auténtica. Todo se disfruta especialmente. Los niños juegan más y mejor, los niños -además- encienden la luz de su alma y nos manifiestan, en estos días, lo más significativo de su belleza. Todo brilla, todo reluce.... Pero la Navidad también y fundamentalmente es darse, darse como Dios, que se hace niño para entregarse, para comunicar al ser humano cuales son los auténticos  bienes.
Entregarse es sentir la cercanía del otro. Entregarse es: compartir con el pobre su pobreza, compartir con el mendigo su indigencia, compartir con el enfermo el lamentable cúmulo de sus abundantes males. Entregarse es: compartir la tristeza amarga del deprimido, compartir -también- las horas bajas de ese amigo y del otro y del otro.... Entregarse es: compartir la soledad espantosa de tantos y tantos. Entregarse es despojarse del yo para abrazarse a los
demás. Entregarse es despojarse del "traje nupcial" y atreverse a bajar a las cloacas para encontrarse con el "otro" ese otro que vive entre el fango y la inmundicia o mejor en el fango y en la inmundicia.
Dios que se acerca
La navidad es saber coger la mano de un Dios que se acerca, coger la mano de Dios y generosamente, con disposición de entregarse, recorrer el mundo. Navidad es un trozo de pan en la boca de un pobre, es una herida curada y vendada, es una sonrisa, es una buena obra, es un corazón enamorado,  es una oración en el silencio, es una canción balbuceaba con cariño. Navidad es llevar la luz de la Esperanza a este mundo nuestro tan necesitado de tantas cosas y tan sobrado de tantas otras. Navidad es buscar a Jesús que viene y viene, ahora, de nuevo, para quedarse. ¡Si, Jesús, viene para quedarse contigo! ¡Tú, quédate con Él! No lo dudes si así lo haces, haces lo mejor.


Carta publicada el 24 de Diciembre de 2003 en el Diario Jaén