521. Calor humano

521.   Calor humano

Hay personas que aún desde una atalaya, con una gran antorcha: no dan luz, ni calor, ni ofrecen nada a los demás.
Son personas vacías, huecas, egocéntricas. Personas desapacibles, que huelen a deshonestidad. Son personas de las que no te puedes fiar, pues pueden darte fácilmente gato por liebre.
Y hay otras que aunque estuvieran en una cueva profunda oscura y tenebrosa darían calor y luz.
Ofrecen, dan, entregan; se sacrifican, sonríen, viven la veracidad. Ofrecen a todos su amabilidad, su deseo de hacer el bien. Su solidaria actitud generosa.
Es el gran misterio que emana del corazón del ser humano. Un misterio que da pie a que el ser humano sea un ángel o un villano.
De ese misterio, tú y yo, formamos parte; y consciente o inconscientemente tenemos que elegir: o subir a la atalaya, o bajar a la cueva.



Publicada en Diario JAÉN    3 de agosto de 2017