138    Matías Prats  y Pedro González
El encuentro inesperado con Matías Prats (padre), en el restaurante de los Pinos en Sierra Morena, en Andújar; y el posterior saludo; me han llenado de satisfacción, por la riqueza periodística de este comentarista carismático.
Matías Prats es entrevistado en ambientes taurinos
D. Matías, durante muchos años, ha sido ejemplo claro de un trabajo hecho con ilusión, con cariño, con entusiasmo; y de una forma y estilo absolutamente peculiar. D. Matías creó una escuela de  hacer periodismo: distinta, inédita... .  Sus comentarios estaban llenos de vida, de  detalles, de sabiduría, de ciencia... Sus retransmisiones taurinas eran de una calidad y belleza inigualable.  Considero: que el que haya tenido la fortuna de escucharle - muchas veces- , ha acabado aprendiendo; porque sus comentarios magistrales llevaban el sello de una didáctica: atractiva, sencilla, entrañable...
Para mí Matías ha sido un "monstruo" en el panorama de un periodismo genuinamente dinámico. Gracias D. Matías su trabajo ha sido un digno ejemplo lleno de valores y de arte.
Al llegar a casa: una triste noticia: Pedro González, otro comentarista; en este caso de ciclismo: muere, y lo hace en la plenitud de su vida.
El ciclismo y Pedro González
Por un lado el saludo emotivo con D. Matías y al atardecer: el contraste, una noticia triste: muy, muy triste. Porque los que seguimos el ciclismo, conocemos a ese personaje -también singular- del periodismo actual. La sabiduría de Pedro, su dialéctica amena, su seguimiento riguroso de las carreras, su conocimiento profundo de los  ciclistas, su amor apasionado al ciclismo, su vivencia extraordinariamente viva, son un ejemplo a seguir.
Los periodistas pueden estar orgullosos de estos dos personajes que hoy se han cruzado, circunstancialmente, en mi vida: Don Matías y don Pedro.
Para el primero un saludo efusivo y entusiasta, para el segundo un réquiem emocionado y un recuerdo vivo. El recuerdo a un gran comentarista. Descanse en paz.
En ambos casos hay que un denominador común: su trabajo estuvo hecho con perfección, con calidad, con entusiasmo...  Y por ello merecen este elogio, que hago con la modestia de  quién cree que de ellos puede y debe aprender.


Publicado en Diario JAÉN     6 - 1 - 2000