235 Familia
Es
evidente que hay cosas que nunca podrán
cambiar. La familia siempre será un pilar fundamental de la sociedad, un pilar
insustituible. Y no hablo de cualquier familia, habló de la familia formada por
un padre, una madre y unos hijos. Hablo de la familia de la que surge la vida,
de la que surge el amor, de la que surge la concordia, de la que sin
pretenderlo surge un espíritu de servicio que hace la vida más amena y
agradable. Hoy algunos pretenden cambiarle el nombre a todo. Hay muchos dispuestos a cambiar la
realidad por innovaciones peligrosas, y los ciudadanos corrientes, que no
pretendemos llamar la atención, hemos de enfrentarnos a esas realidades
nefastas. Hemos de decir claramente, decididamente y con fuerza que no estamos
dispuestos a permitir que jueguen con los pilares fundamentales de la sociedad.
En estos tiempos estamos cediendo terreno a la mediocridad, al capricho innovador
de unos cuántos, que se quieren llamar progresistas. Si el progreso de algunos
es un precipicio que nos lleva a vivir en las cloacas infecciosas de un mundo
podrido los demás no debemos de querer ese progreso. Hoy la familia se
deteriora por la culpa de unos cuantos y
por la permisividad de muchos. Es bueno que cojamos el timón de nuestra
sociedad y que decidamos nuestro futuro, no dejándolo en manos de cualquiera,
de cualquier desaprensivo que pretenda una reforma de unos principios que son
inapelables e incuestionables. La
familia tal como está estructurada y tal como ha estado estructurada durante
siglos es un tesoro que tenemos que custodiar, que tenemos que construir, que
tenemos que defender. La familia no es
un artículo de lujo: es una necesidad
imperiosa para el ser humano, es un bello artículo de primera necesidad, es un
regalo de Dios.
Publicada en Diario Jaén
25 de marzo de 2013
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