498 Tu grata y emotiva belleza.
Esa
grata y emotiva belleza del amor es lo que veo hoy, en estos días, en Tus
espléndidos y radiantes ojos.
Ese
museo vivo que puedo recorrer con mi mirada eres Tú amada mía.
Tú
que sales a nuestras calles, a nuestros barrios, a nuestras largas o cortas
avenidas con un millar largo de distintos nombres; no con un millar, digo más,
sino con un millar de millares, con un torrente de nombres al cual más bello,
más inaudito, más portentoso.
Y
sales a nuestras calles pausadamente y lo haces para quedarte.
Para quedarte. Sin prisa.
Sin
prisa y con nosotros tus hijos.
Y
para quedarte ¡Tú, querida!: enlazas la noche con el día, y enlazas el día con
la noche y la noche con una nueva madrugá.
Sin
prisa, todo sin prisa, pues el amor no entiende de relojes, ni de horas, ni de
tiempo, ni de agobios, ni de estrés.
El
amor entiende de caricias, de ternura, de contemplación, de diálogo, de miradas
y de delicadeza.
El amor
es callado, efusivo y vibrante.
El
amor entiende de vaivenes. De mágicos vaivenes de un paso acompasado, llevado pausadamente y con
cariño. Amada y muy amada: mía y de Dios.
De
ese Dios que con sus dotes de artista soberano te hizo; y con amor te dejo para
contemplación impertérrita de las miradas de las generaciones venideras.
Querida
Madre para ti en estos días tan especiales y tan señalados un beso:
Un
beso de amor apasionado.
Un
beso que es mi dicha y mi consuelo.
Un
beso de amor que es verdadero.
Un
beso que al corazón le desconcierta.
Publicada
en DIARIO DE ÁVILA Digital 6 abril de
2017
Publicada
en Diario JAÉN 8 de abril de
2017