276 Cristianismo y
coherencia
Sí los cristianos fuésemos
coherentes nuestro ejemplo arrasaría y nuestra vida sería un manantial vivo, un
fuego abrasador, un vendaval de armonía y de paz, que convertiría y haría que
renacieran, multitudinariamente, las vocaciones al seguimiento de Jesucristo;
pero por desgracia nuestra mundana mediocridad no puede contagiar a nadie;
pocos son los que viven el evangelio, el resto somos en gran medida conformistas aburguesados y acomodados que predicamos con
la palabra, pero no con la viva realidad de nuestro ejemplo; ejemplo que se
acerca más al paganismo y a una vida desencantada y tristemente egoísta; el placer,
la riqueza, el poder, el engaño, la comodidad, la gula, la envidia, la mentira,
siguen siendo por desgracia el patrimonio de muchos cristianos que se camuflan
bajo la piel de la bondad pero su
corazón está lleno de inmundicia. Por lo tanto
considero una reflexión
importante el tener en cuenta que: “Rezar es amar” y si no amas no reces;
pues con tu oración, si no es verdadera, ni a ti mismo te engañas: Dios pasa de
ti y de tu incoherencia religiosa, social y personal, pues
Dios en la tierra: “Rezó amando y amó rezando”
Esto
no siempre es así, pero sí en muchas ocasiones, y a esas ocasiones son que a
las que yo me refiero con estas palabras,
sin negar por supuesto la evidencia de que en otras muchas ocasiones
se reza y se reza bien y muy, muy bien.
La buena oración que gracias a Dios también abunda en la iglesia es un clamor
que incesantemente sube al cielo. Y como dice el papa Francisco: “Pero la
Iglesia no se cae. Y no se cae porque hoy, como siempre, hay mucha santidad
cotidiana; hay muchas mujeres y hombres que viven la fe en la vida de cada día.
Y la santidad es más fuerte que los escándalos”.
Publicada en Diario JAÉN 8 de Octubre de 2013