238 Dar “sopa” pero con cariño.
Estimado lector le
cuento la siguiente anécdota para que comprobemos lo importante que es siempre
la amabilidad, la delicadeza en el trato, el respeto y el cariño: “Cierto
mendigo pidió de comer en casa de una persona adinerada. Salió la mujer y Ie
dio refunfuñando un plato de sopa, pero además siguió sin sentido añadiendo
malos modales en el trato con él. El mendigo se puso triste y casi se echó a
llorar.
Preguntó la mujer un poco escamada: Pero bueno, ¿le falta algo a la
sopa? Sí -contestó el mendigo-; falta el
condimento que más se aprecia: la buena cara y buena voluntad.” ¿Y me pregunto
y se preguntarán ustedes: A quién agrada un favor hecho con mala cara? La Madre
Teresa de Calcuta decía que en muchas ocasiones necesitábamos mucho más: amor y
cariño que alimentos u otras cosas por muy útiles y necesarias que fueran. En
nuestra sociedad actual, en muchas ocasiones, repito: la comprensión, la cordialidad,
una frase llena de cariño y delicadeza son más necesarios que el dinero. Se
acordarán ustedes de esa canción que decía: “El cariño verdadero ni se compra
ni se vende”. También existe otra anécdota relacionada con esto, la de aquella
monja enferma y a la que cuidaban sus Hermanas de comunidad y en esas
circunstancias refería lo siguiente cuando le preguntaron cómo estaba o como la
trataban, dijo: “Aquí me tratan con caridad pero mi madre me trataba con cariño”.
Creo que con estas referencias podemos sacar nuestras propias conclusiones,
todos necesitamos muchas cosas materiales pero si estas cosas materiales no van
acompañadas de cariño, delicadeza y ternura no sirven de nada o sirven de poco,
allí falta la sal, el condimento y sin él falta la esencia misma de la vida.
Amor a los demás |
Publicada en
Diario Jaén 15 abril
2013
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