505 La mezquindad que nos envuelve.
Aceptar las contrariedades:
un día, otro y otro …
Vivir con docilidad las
humillaciones causadas por nuestras propias mezquindades o por las de los demás.
Aceptar esas contradicciones
y ofrecerlas a Dios.
Ser conscientes de nuestra
poquedad, de nuestra miseria.
Conocer nuestras limitaciones,
intentar mejorarlas y/o acostumbrarnos valientemente
a vivir con ellas.
Vivir siendo conscientes de
que, cada día, tenemos que aceptar la realidad de la larga noche oscura, que en
tantas ocasiones y reiteradamente nos aturde.
Descubrir y sobrellevar el
hecho de que nuestros proyectos, buenos y nobles en muchos casos, se tuercen pudiendo
dejar en nosotros el desánimo y el desaliento.
Aceptar con paciencia el
despotismo infundado de los demás:
·
El mal humor, la
ira, las voces, los contratiempos, el mal genio, las malas formas, los gestos
agrios, las palabras malsonantes.
Vivir, cuando no se pueda
evitar, con:
·
Los engaños, las
envidias, los orgullos, las mentiras y el mal talante de los que nos rodean.
Decir sí, aceptándolo como
voluntad de Dios:
·
El dolor físico y
moral, y las desavenencias que nos producen los que amamos.
Dar nuestro brazo a torcer
cuando sea necesario y conveniente; y aceptar, ante Dios, esa contrariedad.
Aceptar las incomprensiones,
las injusticias personales, las faltas de respeto hacia nosotros o hacia lo
nuestro.
Que ante: Las guerras, el
terrorismo, la violencia y en general la crueldad de la vida:
·
En las que mueren
injustamente miles y miles de personas.
·
En las que sufren
igualmente miles de personas.
·
En las que muchos
millones pasan hambre.
·
Y en las que multitudes
carecen: de libertad, de dignidad, de hogar, de educación y de salud.
Dios nos haga entender, y nos
ayude a pedir perdón, y a evitarlas o a colaborar para disminuir la maldad y el
dolor.
Que ante la gravedad del
pecado y la maldad del ser humano:
·
Dios nos ayude a
entender.
·
Y nos ayude a
perdonar, pero también a actuar cuando y como sea conveniente.
Que Dios nos ayude a vencer:
·
Nuestra apatía,
nuestro pecado, nuestra indiferencia y nuestra pereza ante el mal.
·
Y también nuestro
conformismo y nuestra justificación
Ante todo este vendaval de
inmundicia:
·
Perdón, Señor
perdón.
Publicada en Diario de Burgos 13
julio 2016
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
14
de julio de 2016
Publicado en Forumlibertas.com “Opinión” 12 de julio de 2016
Publicado en Forumlibertas.com “Opinión” 12 de julio de 2016