503 Francisco y el lunes del Ángel.

503   Francisco y el lunes del Ángel.

Al presidir el rezo de la oración mariana del Regina Coeli que en Pascua se reza en lugar del Ángelus, el Papa Francisco señaló que desde que, en la aurora del tercer día, Jesús crucificado ha resucitado, la última palabra no es el sepulcro, no es la muerte, sino la vida.
Así lo indicó el Santo Padre, en el llamado “Lunes del Ángel”, ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, bajo un soleado día de Roma. Y  agregó:
·         "Por esto repetimos tanto que Cristo ha resucitado: Porque en Él el sepulcro ha sido derrotado y ha nacido la vida".
Este lunes de fiesta importante la Iglesia en su liturgia hace resonar el anuncio de la Resurrección.
En el pasaje evangélico podemos escuchar el eco de las palabras que el Mensajero Celestial dirige a las mujeres que llegaron al sepulcro:
·         “Rápido, vayan a decirle a los discípulos que ha resucitado de entre los muertos”.
Esta invitación, dijo el Papa, está dirigida también a nosotros:
·         “Tenemos que ser rápidos e ir”
·         “Pues tenemos que anunciar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo este mensaje de alegría y de esperanza”.
Ante la fuerza de la resurrección del Señor, que es lo que constituye la verdadera y propia novedad de la historia y del cosmos, estamos llamados a ser: “Hombres y Mujeres Nuevos” según el Espíritu, afirmando el valor de la vida.         
Seremos hombres y mujeres de resurrección si, en medio de las pruebas que afligen al mundo, a la mundanidad que aleja de Dios, sabemos dar gestos de solidaridad y acogida, alimentar el deseo universal de la paz y la aspiración a un ambiente libre de tanto y tanto deterioro.
Y precisó el Papa de que se trata de signos comunes y humanos pero que sostenidos y animados por la fe en el Señor resucitado adquieren una eficacia muy superior a nuestras capacidades.
Sí, porque Cristo está vivo y obra en la historia, y de esa manera rescata nuestras miserias, llega a todo corazón humano y devuelve la esperanza a quien está oprimido y sufriendo.
El Santo Padre hizo votos para que “la Virgen María, testigo silencioso de la muerte y la resurrección de su Hijo Jesús, nos ayude a ser signos claros de Cristo resucitado entre las pruebas del mundo, para que cuantos están en tribulación y en dificultades no sigan siendo víctimas del pesimismo, de la resignación, sino que encuentren en nosotros muchos hermanos y hermanas que ofrecen su sostenimiento y consuelo.
El Papa también pidió la intercesión de la Madre de Dios para que ayude, de modo muy particular, a tantas comunidades cristianas que están llamadas hoy, en este nuestro mundo, a dar un testimonio más difícil y valiente.

Publicada en Diario JAÉN      22 de abril de 2017 

Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital   24 de abril de 2017