(ARTICULO)

34    “Don Seba”, los suyos le quieren        

En la Zarzuela, barrio minero de nuestro querido Linares, en estos días se ha dicho adiós a un cura, a un cura que cambia de destino buscando en el horizonte, a través de la obediencia, nuevos caminos para ejercer su celo apostólico, a un cura de la tierra que ha sabido ser con la dificultad que esto conlleva profeta entre los suyos, en la tierra que hace años le vio nacer.
Con D. Sebastián en esta parroquia de S. Juan de Ávila, donde ha estado como pastor durante 20 años, hemos compartido en los últimos meses importantes acontecimientos eclesiales, todos ellos enriquecedores y emotivos espiritualmente, algunos de ellos fueron: La celebración de sus 25 años de Sacerdocio.
La conmemoración, también, de los 25 años de existencia de esa feligresía, que día a día se ha ido consolidando con el esfuerzo ilusionado y perseverante de todos.
La visita tan esperada de la Madre de Linarejos, que llego al barrio arropada multitudinariamente por el cariño de todos sus hijos.
La elección de su párroco como arcipreste de la ciudad, lo que convirtió en cierta manera a la parroquia, en el centro de la espiritualidad de la ciudad de Linares.
Esa misma comunidad, rica en cualidades espirituales, hoy, con lágrimas en los ojos, dice adiós a su “cura”
Yo asistí a la S. Misa de despedida y allí el sentimiento de cariño afloro en los corazones, la emoción se sentía, todos notábamos por dentro el calor de algo entrañable. Dios estaba presente y alentaba nuestro espíritu a una unidad palpable, todos compartíamos como en una piña el mismo sentimiento hacia tan querido sacerdote y lloramos porque nuestro corazón humano sentía la necesidad sincera de expresar un sentir y un querer autentico.
Y cada uno, como pudo, expreso a su “cura” -como le dicen los suyos- las sensaciones de esta despedida, le agradecieron que fundamentalmente hubiera sido amigo, un gran y auténtico amigo, que hubiera sido además fiel mensajero del Señor Jesús y de su Madre bendita, que hubiera compartido y enseñado a compartir con los pobres, que hubiera alentado la esperanza en los enfermos, que hubiera entregado su vida como buen pastor, que ama, más aún que ama apasionadamente a su gente, a su barrio a sus feligreses.
Gracias D. Sebastián, tú has sabido llegar al corazón de los tuyos, te los has ganado para ti y fundamentalmente para Cristo, has sabido ser ejemplo para tantos en estos tiempos difíciles y en este lugar más difícil aún de tu querida tierra Linarense.
Don “Seba” de nuevo, desde el corazón, de verdad, sinceramente, gracias.

Publicada en Diario JAÉN   30   de   7  de  1996

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