27  Un  año para la esperanza

Llenarse de esperanza a. La entrada de un nuevo año, es favorecer Ia posibilidad de que realmente todo el año se llene de un esplendor esperanzado, de un nuevo y reconfortante amanecer. A veces el entrar con mal pie, el desilusionarnos, eI sentir desde eI principio eI cansancio inherente a lo rutinario, a lo poco ilusionante, favorece el que nuestra vida carezca de matices fantásticos, nosotros mismos con nuestro hastío, con nuestro abatimiento, hacemos peligrar el posible mejoramiento de 1os acontecimientos y nos metemos en el triste pozo del desánimo.  No podemos, ni debemos, actuar así, bien es cierto que son abundantes las causas que proporcionan una desesperanza generalizada; ni eI pasado, ni eI futuro, aparecen llenos de luz, pero nosotros, con nuestro deseo eficaz, metiendo el hombro, podemos hacer que la luz brille de nuevo. En este nuevo año, año que debe de ser un año abierto a la esperanza, abierto a las grandes expectativas del mundo moderno en que vivimos, busquemos ideales sólidos para nuestra vida, no nos conformemos con mediocridades. Tenemos que hacer que prenda en Ia sociedad el deseo verdadero y autentico de mejorar, de cambiar, para dar a este mundo nuestro otro dinamismo más auténtico y más verdadero. Nos debe de interesar eI hombre y que ese hombre tenga ideales nobles y que busque la verdad, y que defienda Ia honestidad, y que Ia corrupción definitivamente sea aparcada como algo inexistente. De mucho no nos valen Ios modelos que imperan hoy en nuestra sociedad, los esquemas de comportamiento, en muchos casos, son caducos y trasnochados: egoístas, malintencionados, insolidarios.... Pero hagamos algo para salir deI túnel, largo y angustioso túnel: oscuro y temible, hablar soIo no basta, hay que trabajar, moverse, remover, cambiar, convencerse y convencer, para que el hombre recobre Ia esperanza, recobre el verde resplandor de un mundo deseoso de esperanza. Y si quieres, en ese deseo de un mejoramiento eficaz, mete a Jesús, Él acaba de nacer, Él puede ofrecerte otras ilusiones, otros cauces con hechuras Divinas, Él puede ofrecerte la esperanza, Ia seguridad en el auténtico camino, La paz del alma.

Publicada en Diario IDEAL        8 del  1  de 1996
Publicada en Diario JAÉN        10 del  1  de 1996  

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