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Qué es el cielo que él espera
Se nos cuenta que un sacerdote: Ginés, atendió,
la víspera de su muerte, a un enfermo; al que administro la Comunión y la
Unción; y al terminar, el enfermo, exclamó con una leve sonrisa:
·
“Gracias, ahora me voy en paz, porque me
reencontraré con mis padres en el cielo”.
Eugenia, la esposa que estaba presente; al
sacerdote, le hizo después esta pregunta:
·
¿Qué es, este cielo que él espera?
Como respuesta el sacerdote le aporto
estas ideas:
·
Jesús, en la cruz, promete al buen ladrón:
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
El cielo nos evoca el sueño primero de Dios para la humanidad:
·
El cielo es estar inmersos en un ámbito gozoso donde se vive la plena comunión:
Con Dios.
Con la creación,
la naturaleza, la belleza, el arte.
Con todas las
maravillas cósmicas y celestiales
Y con todos los seres humanos.
Se cumplirá la promesa de Jesús cuando se
despide de sus discípulos:
·
“No tengáis miedo, me voy a la casa del
Padre, os prepararé sitio, volveré y os llevaré conmigo para que donde yo esté,
me acompañéis vosotros para siempre”.
El Apocalipsis anuncia la visión de una
nueva ciudad bajada del cielo, del lado de Dios, como su morada entre los
hombres:
·
“Él habitará en medio, enjugará las lágrimas
de nuestros ojos; y ya no habrá: más muerte, ni luto, ni llanto, ni pena,
porque el mundo del dolor y del
fracaso habrá desaparecido para siempre”.
Y termino diciéndole el sacerdote:
·
Ten confianza, no dudes:
“Tu esposo ha tomado refugio en el regazo del Amigo.
Desde Alfa y Omega, lugar de donde surge
el relato, se nos anima a caer en la cuenta de que todos estamos convocados a
la tarea de multiplicar rincones
paradisíacos en esta tierra y en los diversos ámbitos de nuestra vida, como
anticipo de ese cielo definitivo, donde todo será para nosotros una emotiva y
perenne explosión de dones.
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 11 de mayo de 2017