210      “Divorcio exprés”.

El 8 de julio de 2005 con el rechazo de muchas asociaciones familiares el Gobierno de Zapatero se empeñó en aprobar la reforma de la ley del divorcio de 1981, poniendo en juego el denominado “divorcio exprés”.
La nueva ley tiene un efecto de "animar" a resolver estos conflictos, entendiendo tal 'animación' como un incentivo a que las parejas se divorcien. 
Unir y no separar
Desde la aprobación de esta ley conseguir el divorcio se convierte en tarea fácil, basta con que uno de los dos miembros de la pareja lo quiera para que se lleve a cabo con suma rapidez. A partir de 3 meses después de la celebración del matrimonio, se puede iniciar el procedimiento de divorcio, sin que sea requisito imprescindible la separación. La ley del divorcio exprés se separa del resto de legislaciones europeas ya que ningún país admite el divorcio unilateral sin causa alguna o sin un plazo de reflexión. Como se demuestra en un informe del Instituto de Política Familiar, las rupturas familiares traen consecuencias psicológicas, económicas y sociales innumerables. El fracaso de esta ley consiste en que se potencia la ruptura matrimonial en lugar de disminuirla. El gobierno se olvida de promover iniciativas positivas como la búsqueda de soluciones a las rupturas familiares, la creación de centros de orientación y terapia familiar y otras medidas contempladas en varias legislaciones europeas.


Publicada en el diario Jaén el día 19 de abril de 2006


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