193 La dignidad de la mujer y la Reina Fabiola.

193   La dignidad de la mujer y la Reina Fabiola.

Para comenzar quiero decir que Balduino y Fabiola, Reyes de Bélgica, fueron los monarcas que supieron defender la dignidad humana.
En estos días en los que hemos podido contemplar el entierro de la reina Fabiola y el testimonio cristiano que nos ha dejado. Releyendo algunos de sus escritos y algunas de sus vivencias he encontrado este documento de su participación en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas, relacionado con las mujeres y que tuvo lugar en 1995.
Por la profundidad y la ejemplaridad del testimonio. La sensibilidad, la coherencia, la bondad innata al mensaje y la comprobación del gran interés de este acto es por lo que quiero transmitirlo, dada la utilidad en este tiempo actual en el que vivimos.
La referencia documental ha sido obtenida por Alonso Balmes.
En la Conferencia Mundial de las Nacional Unidas sobre las Mujeres, efectuada en Beijing en septiembre de 1995, la reina Fabiola pronunció un emotivo discurso:
“Me siento muy unida a todas Ustedes con el corazón dolorido al ver la insigne dignidad de la mujer tan frecuentemente pisoteada. Pero todos queremos contribuir aquí, de manera decisiva, para hacer respetar esta dignidad en el mundo entero”.
Tres temas impresionan vivamente a los ojos de mi corazón:
1.-- La situación de las mujeres rurales, sobre todo en los países pobres
2.-- Las violencias que sufren las mujeres en el mundo entero
3.-- El papel que la familia debe desempeñar como lugar de aprendizaje de la dignidad y de la igualdad de la mujer
1.-- Las discriminaciones e injusticias que sufren las mujeres rurales de los países pobres son, sin duda alguna, las más graves de cuantas afectan a la mujer.
Son explotadas a distintos niveles:
ü A través de las duras tareas asumidas desde su niñez.
ü A menudo por ser excluidas de la formación escolar.
ü Por ser poco o nada remuneradas.
ü Y son abandonadas para asumir solas la supervivencia de los hijos.
ü Los hijos son, con ellas mismas, las primeras víctimas de la desnutrición.
ü Todas tienen que afrontar obstáculos culturales, sociales y económicos y, muy a menudo, prácticas costumbristas seculares que las mantienen en una situación de inferioridad y dificultan su desarrollo...
Recomendamos cinco medidas concretas: 
ü El acceso de la mujer rural a la enseñanza, lo que implica la supresión de trabajos abusivos...
ü Su formación sanitaria básica, que genere salud para toda la familia y mejore su situación socio-económica...
ü Igualdad en el acceso a los servicios de:
§  Sanidad.
§  La propiedad.
§  Al crédito.
ü La creación de asociaciones femeninas no gubernamentales e independientes...
ü La participación concreta, a través de asociaciones, en los proyectos de desarrollo que les conciernen.
Dos ejemplos dignos de mención son:
Ø La Grameen Bank en el Bangladesh.
Ø The Aids Support Organisation TASO en Uganda.
Dos organismos galardonados con el premio Rey Balduino para el desarrollo.
La comunidad internacional debe adoptar también algunas medidas concretas:
Ø Los países ricos deberían anular las deudas públicas de los países más pobres, como ya lo hacen algunos, y acrecentar su ayuda al desarrollo.
Ø Además tendrían que incrementar y coordinar mejor las sumas dedicadas a los proyectos de promoción de la mujer, principalmente de la mujer rural...
2.-- Abordemos ahora el problema de la violencia de la que son víctimas las mujeres en el mundo.
En el pasado mes de enero se publicó el primer informe de las Naciones Unidas sobre estas violencias.
Se refiere sobre todo, y cito:
Ø Violaciones, prostitución forzada, mutilaciones sexuales, acoso sexual, malos tratos en el hogar, desigualdad de sueldos.
Dicho informe subraya que la causa más grave de violencia contra las mujeres es la indiferencia y la inercia de algunos gobiernos ante estos crímenes.
Pienso concretamente en aquellos países donde se practica el infanticidio de las niñas a gran escala.
Hace poco Amnistía Internacional presentaba también un interesante informe sobre estas formas de violencias.
Ø Es imprescindible que cada año las Naciones Unidas y Amnistía Internacional publiquen tales informes con el fin de aumentar la presión de la opinión pública mundial sobre los gobiernos.
Llamó particularmente su atención sobre estas mujeres de los países pobres del mundo y de los países en transición que, atraídas con falsos pretextos, se ven forzadas a la prostitución, principalmente en los países industrializados pero también en los países pobres.
Es preciso combatir a escala nacional, pero también internacional, estos tráficos, cada vez más organizados por auténticas mafias internacionales, que constituyen una nueva forma de esclavitud.
Ø En abril de este año el Parlamento belga adoptó una ley que reprime duramente dicho tráfico a raíz de una seria encuesta de una comisión parlamentaria. 
A propósito de lo que venimos diciendo pediría tres cosas:
Ø En primer lugar, que todos los países afectados por estos tráficos criminales adopten legislaciones que los castiguen severamente, si aún no se ha hecho así. Naciones Unidas debería hacer regularmente un informe sobre la lucha contra esta esclavitud. Las organizaciones no gubernamentales juegan un papel indispensable en este combate.
Ø En segundo lugar, como ya lo ha propuesto al ECOSOC- pido que la Asamblea General de las Naciones Unidas adopte la jornada de l2 de diciembre como el día de la lucha contra todas las formas de esclavitud moderna y que, en diciembre de 1996, esta jornada mundial se centre en la lucha contra el tráfico de las mujeres y de los niños.
Finalmente ¿cómo no relacionar con el tráfico de los seres humanos la pornografía, que se extiende a escala internacional y es financiada fundamentalmente por el Occidente?
o   Es un ataque criminal contra la dignidad de mujeres y de niños convertirlos en objeto de comercio.
A este propósito pido que las Naciones Unidas y las demás organizaciones internacionales involucradas, establezcan un código ético exigible a todos los medios de comunicación como a los de la informática.
Segundo ejemplo de violencia: la situación de las mujeres refugiadas o desplazadas en campos o en otros lugares. Sin medios de subsistencia son el blanco fácil y vulnerable –con frecuencia víctimas de violencias sexuales- que padecen los sufrimientos y las angustias del éxodo, así como los daños físicos que llevan consigo traumatismos psicológicos, exclusiones sociales y la mayor de las soledades. Por otra parte, a muchas mujeres no se les reconoce el estatuto de refugiadas políticas porque se encuentran desplazadas en campos de su propio país. Todos conocemos el trágico ejemplo de los campos de Bosnia Herzegovina.
Ø A este respecto pido que el Convenio de Ginebra de 1951, relativo al estatuto internacional de los refugiados, se complete con un protocolo o una declaración que especifique los principios que hay que aplicar para ayudar a estas personas.
3.-- Hablemos ahora del tercer punto: el papel insustituible que la familia tendría que desempeñar como lugar de aprendizaje de la dignidad y de la igualdad de la mujer.
Ø La familia es el lugar idóneo donde, desde el primer momento de la existencia, la dignidad y la igualdad de todos deberían ser reconocidas y vividas en la vida cotidiana y protegidas por una sociedad democrática y respetuosa de los derechos del individuo.
Ø La dignidad humana implica el igual derecho a la felicidad y al desarrollo integral de la persona, es decir, el derecho de ser amado y de amar a cada uno según sus diferencias y sus complementariedades. 
Estoy profundamente convencida de que la unidad de la célula familiar que cumple la decisiva tarea de la educación de los hijos y en la que cada miembro debe gozar de igual valor, es la base de todas las sociedades y constituye un bien universal, que influye fundamentalmente en la vida económica, social y cívica.
Es en el ámbito familiar donde cada niño debe poder hacer la insustituible experiencia, a la vez de su propia identidad y de su valor igual al de los otros. La familia, cuna en la que se aprenden el amor y el respeto a las personas, debería hacer a cada joven responsable de sus actos y abierto a los demás.
De esta manera, gracias al aprendizaje de dichos valores dentro de su familia, el adulto podrá resistir más tarde a los peligros, o bien de un excesivo individualismo, o bien de un condicionamiento social y cultural o económico contrarios a la libertad y a la dignidad de cada uno.
Ø Esta dignidad es inalienable y universal y exige que la persona humana no se encuentre jamás subordinada:
o   A los poderes de la economía.
o   A la política.
o   A ciertas tradiciones.
Olvidar esto conduce a terribles injusticias individuales o colectivas.
Ahora bien ¿no asistimos sin embargo a ejemplos impresionantes de este tipo de injusticias, que provienen precisamente de la falta de respeto a la mujer y a la familia?
La mujer rural pobre que, a menudo, tiene que asumir la carga y además no pocas veces, como sola responsable de la familia:
Ø La función parental.
Ø La educativa.
Ø Y de producción económica.
¿Cómo podrá desempeñar sola esta triple misión sin que una de ellas vaya en detrimento de las otras dos?
¿Qué queda de la dignidad de la mujer que sufre violencias en el seno de su propia familia?
¿O de la refugiada que vive a menudo en condiciones espantosas?
¿Qué queda aún de la dignidad de la mujer víctima del tráfico mafioso, convertida en la: “Imagen-objeto que tan a menudo nos transmite el Occidente materialista?
Todos juntos y con un espíritu de diálogo, tenemos que llevar adelante el combate por la dignidad y la igualdad de la mujer.
Esta lucha no tiene como objetivo solamente a las mujeres sino a toda la sociedad, porque un mundo en el que se respeten mejor, a partir del nivel familiar, la dignidad y la igualdad de la mujer, será un mundo menos violento y más armonioso.
Mi bien amado, el Rey Balduino, poco antes de su muerte, nos recordaba que es indispensable que recuperemos los valores básicos de nuestra civilización, especialmente la solidaridad, la justicia, la tolerancia, el respeto a la familia y a cada individuo.
“Siempre que la sociedad se aparta de estos valores sufre y hace sufrir a otros”, nos repetía el rey. “Todos estos valores contribuyen a la dignidad humana. Constituyen la felicidad y la verdad de mi vida. Gracias”.

Publicado en Forumlibertas.com   26 diciembre de 2014

 Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital  24 diciembre de 2014