473 El encanto de la sencillez.
Probablemente
no hay nada más chocante que ver una personalidad "inflada" o ver a quienes
se vanaglorian constantemente de sus propios logros, cualidades y
posibilidades.
Una
personalidad sencilla a veces puede pasar inicialmente desapercibida, pero su
fortaleza interior y su encanto es mucho más profundo y perdurable.
La
personalidad sencilla:
·
Es única, recia, sin adornos ni artificios, no le hace falta mostrar y
poner en un escaparate sus posesiones y cualidades, porque son evidentes y
naturales.
La
sencillez nos enseña a saber quiénes somos y lo que podemos.
Durante
una conversación escuche a una persona que decía:
·
"Detesto a las personas sofisticadas".
Esa
persona era inmensamente rica, con
grandes dotes intelectuales, con una posición social privilegiada y con una
familia notable durante muchas generaciones.
Y
sin embargo decía: "Detesto a las personas sofisticadas".
Y
las detestaba porque precisamente en su medio social veía lo peor de la miseria
humana:
·
Altivez injustificada.
·
Grosería constante ante la servidumbre.
·
Orgullo de una cultura superficial.
La
cultura superficial de hoy, a veces, quiere hacernos creer que valemos:
·
Por nuestra ropa, por nuestros coches, por estar a la moda, porque
somos poderosos, porque podemos humillar.
Pero
precisamente toda esa cultura es la llave al gran vacío interior que comienza a
caracterizar a nuestra sociedad.
La
persona humana está dotada de: inteligencia, cualidades y habilidades. Pero:
·
¿Para qué convertir nuestra vida en una eterna competencia?
·
¿De qué sirve estarnos comparando constantemente con los demás?
El
progreso interno, donde nosotros crecemos, es en verdad lo importante.
No
llegar nunca al punto de la ostentación:
·
El efecto directo de estas ostentaciones son las posturas de altivez y el
menosprecio.
La
sencillez no es:
·
Pobreza, ni mendicidad, ni suciedad, ni abandono.
La
sencillez es tener lo que se necesita, pero sin caprichos superficiales.
¿Qué
hace una persona para ser sencilla?
El
valor de la sencillez tiene distintas manifestaciones:
Respecto
a nuestra forma de hablar podemos citar varios ejemplos.
Una
persona sencilla al hablar:
·
Utiliza con mesura la palabra, evitando acaparar las conversaciones
para convertirse en el centro de atención.
·
Su lenguaje es apropiado, sin recurrir a palabras altisonantes o de mal
gusto.
·
Evita hacer referencia en todo momento a sus: logros, aciertos y
reconocimientos alcanzados.
·
Por dignidad omite toda manifestación ostentosa de su: inteligencia,
habilidades y bienes materiales.
Posiblemente
las manifestaciones más claras de la sencillez se encuentran en el aspecto
exterior de la persona:
·
Vestir con decoro, sin llegar a ser estrafalario y de acuerdo a la
ocasión.
·
Tener modales que no sean artificiosos, ni estudiados.
También
cuidar con esmero la forma de saludar.
La
sencillez es cortesía, la altivez grosería.
Es
de igual importancia la forma en la que se aprecian los bienes materiales,
porque la sencillez nos hace:
·
Adquirir, poseer y utilizar aquellos bienes que son necesarios,
evitando el lujo inútil o el capricho.
Es
bueno comprar cosas de buena calidad que duren y que nos presten el mejor
servicio, durante más tiempo y con más eficiencia, pero no por presunción.
La
persona sencilla no menosprecia a los demás. Aprecia a las personas por lo que
son, lo cual permite un diálogo amable y una amistad sincera.
Siempre
se puede contar con el apoyo de las personas sencillas. Ellos no tienen
inconveniente en prestar un servicio, porque -para ellos- no existen
actividades, ni personas de “segunda categoría”.
El
valor de la sencillez nos ayuda a superar el deseo desmedido por sobresalir y
por sentirnos distinguidos y admirados sólo por la apariencia externa.
Nuestro
interior, nuestro corazón es lo que verdaderamente cuenta.
Una
persona sencilla llega más y mejor al corazón.
Y
entiende mejor: la ternura, la delicadeza, el cariño, la dulzura, la
naturalidad y la cordialidad de la que nos habla y vive el Papa Francisco.
Fuente:
Encuentra.com
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital 1 de
junio 2016
Publicada en DIARIO DE AVILA
Digital 6 de junio de 2016
Publicada
en Diario JAÉN 9 junio
2016