144 Coral de Linares: el clamor del cielo.
Si el clamor del cielo llegara a nuestros oídos, si
el susurro de Dios se aposentara en nuestros tímpanos, si en nuestra alma
escucháramos la voz delicada de nuestro amado Jesús; seguro que sentiríamos
estremecer nuestros sentidos y todo nuestro ser, al percibir que esos sonidos
tienen un paralelismo con el angelical sonido de esta nuestra Coral de
Linares. Y es que la voz del ser humano, cuando sale del corazón, le "roba" a Dios parte
de sus más bellos y armoniosos atributos. Linares puede sentir el orgullo de
contar con esta coral de envidiable talento. Su canto: al amor, a la vida, a la
libertad, a la paz, a su tierra, a sus gentes...; su inconfundible armonía; el
talento de sus artistas; la celestial voz de todos y cada uno, hacen de esta
coral un monumento: a la maestría, al arte, a la belleza, a la sinfonía
coherentemente entrelazada de una obra perfecta. Todos hemos sentido al oírles,
el placer de paladear: en su mayor expresión, unos acordes que inundan el alma
de paz y el corazón de grandeza.
Santa María, el santuario de la Virgen de Linarejos, el teatro Olimpia, etcétera, han
sido lugares privilegiados, a donde: en nuestra ciudad, ha llegado el aroma
melódico de tan ilustres voces.
Yo
siento "envidia", cuando descubro la maravilla que supone para las
personas de nuestra coral esa facilidad: de transmitir emociones, de transmitir
alegría, de transmitir hermosura....Ellos con sus sonidos: dialogan con las
personas y dialogan con Dios. No en vano se ha dicho que el que canta reza dos veces; y si, como estos Linarenses,
además, ponen: su talento, su arte, sus sentidos, su alma y su corazón, esas
dos voces se multiplican hasta adquirir valor de eternidad.
Y,
de entre sus actuaciones, quiero resaltar la que realizaron en el Vaticano, en el acto de
beatificación de nuestro ilustre paisano el Padre Poveda, en aquella ocasión la
Coral llevó al centro de la cristiandad la riqueza musical de nuestra tierra.
Ellos hicieron posible, en aquel acto, que el cielo se uniera a la tierra más
aún: que la Roma eterna oyera, a través de estos hombres y mujeres, la voz de
Dios. Por que Dios nos quiere, nos busca y, con frecuencia, nos habla. Y nos
habla, también, a través del ritmo acorde de una hermosa melodía. De allí
resurge, de entre lo escondido, la voz de Dios.... De un Dios que habla en la tierra
Publicado en Diario JAÉN 24 - 1 – 2000
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Video de la Coral Andres Segovia
Cantando:
"Un beso y una flor"
Concierto
de Navidad 2007