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A la comunidad Salesiana
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Desde
linares .- Durante cuarenta y un años, los sacerdotes
Salesianos han hecho una labor extraordinaria en la parroquia de San Agustín.
En cierta manera, la parroquia de San Agustín queda huérfana después de
tantos años de presencia salesiana. Han sido muchas las actividades que han
llevado a cabo los salesianos durante estos 41 años. Ello se han volcado
fundamentalmente en el trato de afecto y de cariño hacia la gente joven. Su
colegio ha sido y es, pues de allí no se van, un centro educativo en el que
nuestros jóvenes han recibido una educación humana y espiritual. Los jóvenes
de Linares han sabido apreciar, desde siempre, la importancia que para ellos
ha tenido el colegio y desde su fundación, han estado íntimamente unidos a
los sacerdotes que con ellos han compartido tanto momentos de aprendizaje,
tanto en el campo de la educación como en el campo de la espiritualidad. Los
sacerdotes salesianos son muy queridos por los jóvenes de Linares.
Otro campo en el que ha destacado esta comunidad, ha sido la atención a los
enfermos. Me viene el inolvidable recuerdo de don Leandro, un sacerdote
entregado 100 por 100 a su sacerdocio. Un sacerdote que ahora en Córdoba sólo
vive para el sacerdocio. Los enfermos para el además son un tesoro, un tesoro
que hay que cuidar con esmero y cariño. Los Salesianos han fomentado también
en Linares la devoción a María Auxiliadora. Cada veinticuatro de mes, se
celebraba en la parroquia esta advocación mariana. Aquí, entre nosotros,
queda aún ese grupo de personas que con gran entusiasmo siguen extendiendo la
devoción a la Virgen y lo harán cada día 24 con cariño e ilusión. Se podría
hablar tantas y tantas cosas de la labor extraordinaria que los Salesianos
han hecho en Linares, horas y horas de trabajo, horas y horas de esfuerzo y
de dedicación, pero no quiero acabar sin tener un recuerdo especial para don
Jesús, en el confesionario él ha hecho una labor estupenda por la comunidad
cristiana de Linares. Por otro lado, desde siempre, personas de todos los lugares
de la ciudad han venido cada fin de semana a recibir el aliento de los Padres
Salesianos a través del Sacramento de la Penitencia. Tenemos que pedir el
Señor que envíe vocaciones a esta congregación que tanto bien hace en
todo el mundo. San Juan Bosco, usted, desde el Cielo, siga protegiendo a
estos sacerdotes suyos y siga protegiendo a Linares. Ciudad que siempre le ha
tenido un especial cariño.
Y para finalizar un abrazo de la ciudad de Linares para don Herme, don
Enrique, don Rafael y don Juan Francisco, sacerdotes que junto a don Jesús
han estado en la comunidad el último año.
Rafael Gutiérrez Amaro
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Diario Jaén 14 de
septiembre de 2005
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