357 El Papa y el ideal familiar
Con
motivo del simposio sobre La Familia, que se está celebrando, quiero dar a
conocer este testimonio del papa Francisco durante la primavera pasada en Roma,
dado que puede ser ilustrativo para conocer mejor el mensaje y pensamiento de
nuestro supremo pastor en la Santa Iglesia de nuestro Sr. Jesucristo.
En las catequesis de abril durante las Audiencias
Generales de los miércoles, el Papa Francisco trató sobre la diferencia y la
complementariedad entre el hombre y la mujer, indicando que está en el vértice
de la creación divina y que son un aspecto relevante y primordial del tema de
la familia, y nos dice:
·
“La familia que es aquel gran don que Dios ha dado a
la humanidad con la creación del hombre y de la mujer y con el sacramento
del Matrimonio”.
Ahora el Santo Padre ahondando, con espontánea
creatividad, en estas realidades menciona el Libro del Génesis:
·
Dios, después de haber creado el universo y todos los
seres vivientes, creó la obra maestra, es decir, el ser humano, que hizo a su
propia imagen:
o
“Lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer”.
Como todos sabemos, la diferencia sexual está presente
en multitud de formas de vida en toda la creación:
·
“Pero sólo y exclusivamente en el hombre y en la mujer
ésta lleva en sí la imagen y la semejanza de Dios”.
Y sigue comentando el Papa con acertada contundencia,
e intentando desentrañar con profundidad los textos bíblicos:
·
“Lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer”.
¡El texto bíblico lo repite por tres veces en dos
versículos!
·
Esto nos dice que no sólo el hombre por su parte es
imagen de Dios, no sólo la mujer por su parte es imagen de Dios; sino que también
el hombre y la mujer, como pareja, son imagen de Dios.
La diferencia entre hombre y mujer no es para la contraposición o la
subordinación, sino para la comunión y la generación, siempre a imagen y
semejanza de Dios.
Y para crecer armónicamente, el ser humano tiene
necesidad de la reciprocidad entre hombre y mujer, reciprocidad que no se da
frecuentemente y dadas estas circunstancias se ven las negativas y caóticas consecuencias.
Y tristemente las estamos viendo cada día y con
detestable reiteración: desuniones, rupturas, maltratos, muertes. Podemos decir
que, en muchos casos, no hay enriquecimiento recíproco.
Y continúa su Santidad:
Y podemos decir que sin este necesario enriquecimiento
mutuo y recíproco:
·
En el pensamiento. En la acción.
·
En los afectos. En el trabajo.
·
Y también en la fe.
Los dos no pueden, ni siquiera, entender profundamente
que significa ser hombre y ser mujer.
Sigue diciendo
el Papa:
Por ejemplo, ¿yo me pregunto?
·
“Si la así llamada teoría del género no es también
expresión de una frustración y de una resignación que apunta a cancelar la
diferencia sexual”
Y ahora con la hábil destreza de quien sabe y conoce
el corazón del ser humano da Francisco las siguientes indicaciones:
·
Para resolver sus problemas de relación, el hombre y
la mujer deben:
o
Hablarse más. Escucharse más.
o
Conocerse más. Quererse más.
o
Tratarse con respeto y cooperar con amistad.
Con estas bases humanas, sostenidas por la gracia de
Dios:
·
“Es posible proyectar la unión matrimonial y familiar
para toda la vida”.
·
El vínculo matrimonial y familiar es una cosa seria,
lo es para todos, no sólo para los creyentes.
Dios ha confiado la tierra a la alianza del hombre y
de la mujer.
Y sigue diciendo el Papa:
·
“El fracaso de esta alianza aridece el mundo de los
afectos y oscurece el cielo de la esperanza”.
Las señales ya son preocupantes, y las vemos.
Y para terminar y como reflexión final, continua:
Quisiera indicar, entre otros muchos, dos puntos:
Primero.
Indudablemente debemos hacer mucho más a favor de la
mujer:
·
Es necesario que la voz de la mujer tenga un peso
real, una autoridad reconocida, en la sociedad y en la Iglesia.
Segundo.
Me pregunto, ¿Si la crisis de confianza colectiva en
Dios, que nos hace tanto mal, no esté también conectada a la crisis de la
alianza entre hombre y mujer?
·
De aquí viene la gran responsabilidad de la Iglesia y
ante todo de las familias creyentes, para redescubrir la belleza del designio
de Dios:
o
“La tierra se llena de armonía y de confianza cuando
la alianza entre el hombre y la mujer se vive en el bien”.
Jesús y su Stma. Madre nos alientan explícitamente a
testimoniar esta grata y especialísima belleza, que es además la representación
más exacta y perfecta de la imagen de Dios.
Fuente: ACI Prensa. Vaticano
Publicado
en Diario de Córdoba. Digital 13 octubre
2015
Publicado
en Diario de León. Digital 13 de
octubre de 2015
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 13 de octubre de 2015
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 26 de octubre de
2015