234 Hablar con Dios
San
Josemaría Escrivá, en Camino 91, nos dice sobre la oración:
<< Me has escrito: "orar es hablar
con Dios. Pero, ¿de qué?" — ¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas,
éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias... ¡flaquezas!: y
hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras:
conocerle y conocerte: "¡tratarse!". >>
En
este texto de San Josemaría se nos explica de una manera sencilla lo que ha de
ser el contenido de nuestra oración y ello nos va a ser muy útil para el
comienzo de este artículo.
A
continuación voy a exponer algunas ideas más, que nos pueden aclarar, bajo
otras ópticas, la importancia y la trascendencia del trato con Dios y con
Jesucristo.
Rezar
es siempre de una gran importancia para mantener viva nuestra fe. En muchos
cristianos se apaga la fe por la absoluta ausencia de oración.
Hemos
de hacer el propósito de, cada día, dedicar un rato al trato con el Señor. En
ese rato hablamos, de tú a tú, con el Ser que lo es todo para nosotros:
o
Él
es el Amor.
o
Él
es la Vida.
o
Él
es la Esperanza.
o
Él
es: el cariño, la ternura, la amabilidad, la plenitud.
Él
es:
o
Nuestro
compañero en este, tantas veces, difícil camino de la vida.
o
Nuestro
guía en momentos de zozobra.
o
Nuestra
brújula ante la duda.
o
Nuestro
vestido cuando se nos enfría el alma.
o
Nuestro
pan cuando el hambre nos corroe.
o
Nuestro
cirineo cuando nos faltan las fuerzas.
Él
lo es todo, y como todo que es, todo lo puede.
o
Al
comenzar el día: oración.
o
Al
terminar la jornada: oración.
o
Durante
el ajetreo diario o en los momentos de dificultad o de cansancio: oración.
La
oración es primordial para el que cree, para el que espera y para el que ama.
La
oración engrandece siempre la vivacidad de nuestra, tantas veces pobre, existencia.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 23 marzo de 2015
Publicado en Forumlibertas.com 24 marzo de 2015
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 6 abril de
2015