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Papa y el Genocidio Armenio.
o Exige
a las autoridades turcas reconocer el Genocidio Armenio, cometido hace cien
años por el entonces Imperio Otomano.
o Elogia
el mensaje del Papa Francisco que denuncia que el asesinato de más de un millón
de cristianos armenios fue el primer Genocidio del siglo XX.
o He
indica que Turquía debe aprovechar la conmemoración para proseguir sus
esfuerzos por asumir su pasado,
reconocer el Genocidio Armenio y allanar el camino para una verdadera
reconciliación y unión efectiva y afectiva entre los pueblos: turco y armenio.
La resolución fue aprobada por la mayoría de los
parlamentarios.
o También
se elogia el mensaje pronunciado por Su Santidad el Papa Francisco para honrar
el centenario del Genocidio Armenio el cercano 12 de abril de 2015 con un espíritu
de paz y reconciliación.
o El
Parlamento Europeo rindió además homenaje a la memoria del millón y medio de
víctimas armenias inocentes, que perecieron durante el Imperio Otomano y pidió
a la Comisión y al Consejo Europeos a conmemorar este Genocidio que tuvo lugar
asía 1915.
o Los
europarlamentarios también recordaron su resolución de 1987 que señala que el
asesinato de los armenios representa un “Genocidio” según la definición de la
Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948;
condena todos los casos de crímenes contra la humanidad y genocidio, y lamenta
profundamente cualquier intento de negarlos.
Las palabras del Papa
El domingo 12 de abril el Papa Francisco conmemoró
con miles de fieles los cien años del martirio armenio. En el acto, el Papa
indica, entre otras cosas, que: “Este Genocidio fue causado por la indiferencia
general y colectiva”.
Sigue diciendo:
“La humanidad conoció en el siglo pasado tres
grandes tragedias inauditas:
o La
primera, que generalmente es considerada como el primer genocidio del siglo XX,
afligió a su pueblo armenio –primera nación cristiana–, junto a los sirios
católicos y ortodoxos, los asirios, los caldeos y los griegos.
o Fueron
asesinados obispos, sacerdotes, religiosos, mujeres, hombres, ancianos e
incluso niños y enfermos indefensos
o Las
otras dos tragedias fueron las perpetradas por el nazismo y el stalinismo.
o Y
más recientemente otros exterminios en masa, como los de Camboya, Ruanda,
Burundi o Bosnia”.
Expresó el Papa a los fieles armenios reunidos en
el Vaticano.
Y sigue diciendo:
o “Hoy
recordamos, con el corazón traspasado de dolor, pero lleno de esperanza en el
Señor Resucitado, el centenario de aquel trágico hecho, de aquel exterminio
terrible y sin sentido, que vuestros antepasados padecieron cruelmente. Es
necesario recordarlos, es más, es obligado recordarlos, porque donde se pierde
la memoria quiere decir que el mal mantiene aún la herida abierta; esconder o
negar el mal es como dejar que una herida siga sangrando sin curarla”.
Sin embargo, el discurso del Papa enfadó al
gobierno turco. Turquía nunca ha reconocido la masacre.
“El Padre Lombardi, director de la Sala de Prensa
Vaticana, y respondiendo a la pregunta sobre el uso de la palabra genocidio, ha
explicado que las palabras de Papa Francisco se insertan en una línea ya
trazada por Juan Pablo II”.
El titular de la iglesia Apostólica Armenia, Aram
I, agradeció la condena expresa de Francisco y recordó que el “Genocidio”' es
un delito de
lesa humanidad que exige reparaciones.
El
Genocidio Armenio:
o
El
genocidio u holocausto armenio fue la deportación forzosa y exterminio de entre
un millón y medio y dos millones de católicos armenios, víctimas de masacres y
deportaciones masivas –sin medios para subsistir–, por parte del Imperio
Otomano desde 1915 hasta 1923.
o
La
fecha del comienzo del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el día en
que las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de
armenios en Estambul. Posteriormente el gobierno ordenó la expulsión de toda la
población armenia, que tuvo que caminar cientos de kilómetros por el desierto,
sufriendo hambre, sed, robos y violaciones por parte de los gendarmes
musulmanes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos
y bandoleros.
Y
como colofón he escogido de Ricardo Ruiz de la Serna en Libertad Digital parte de su muy valioso artículo sobre los armenios:
o
“Las
provincias que históricamente habían acogido a una de las comunidades
cristianas más antiguas del mundo eran el escenario de una destrucción
sistemática: Van, Erzurum, Mamüretulaziz, Bitlis, Diyarbekir y Sivas.
No era la
primera vez que se desataba una oleada de violencia contra los cristianos, pero
los líderes del Comité Unión y Progreso trataron de asegurarse de que fuese la
última.
A las
detenciones de la élite intelectual armenia de Constantinopla, la noche del 23
al 24 de abril de 1915, unas 250 personas en las primeras redadas, le siguió el
arresto, encierro y asesinato de la mayor parte de los soldados armenios
enrolados en el Ejército imperial.
Las marchas a
pie por los desiertos de Siria acabaron con ancianos, mujeres y niños expuestos
a la desnutrición, los elementos y la violencia de los guardianes. No se
trataba tanto de llevarlos a un lugar determinado como, más bien, de asegurarse
de que jamás llegasen a ninguna parte. La marcha era una forma de ejecución,
como el fusilamiento o el enterramiento en vida. Todas ellas las sufrieron los
armenios.
En algunos
lugares, los cristianos armenios –y junto a ellos otros, como
los griegos y los asirios– lucharon y resistieron. Algunos
lograron escapar de las masacres. En el Viejo Continente y, sobre todo, en los
Estados Unidos los esfuerzos de socorro movilizaron a intelectuales y
activistas.
El corazón de
Occidente era armenio y corría en auxilio de los perseguidos, aterrorizados,
exterminados. Los comités nacionales y locales, ayudados por las
comunidades armenias en la diáspora, trataron de canalizar la ayuda económica
que se dirigía a las provincias asoladas por la barbarie.
o
Sin
embargo, al terminar la Gran Guerra y, sobre todo, la Segunda Guerra Mundial,
la coyuntura política se fue volviendo cada vez más adversa para los armenios.
La República de Turquía sustituyó al Enfermo de Europa. La joven República de
Armenia, proclamada en 1918 y finalmente integrada en la URSS en 1920, tras su
ocupación por el Ejército Rojo, quedó aprisionada en otro imperio como
república socialista soviética. El recuerdo del genocidio sufrió la división
del mundo en dos bloques. Sobre el espantoso destino de los armenios cayó un
manto de silencio.
o
La
narrativa comunista soviética era poco proclive a las reivindicaciones
nacionales y menos, como en este caso, cuando la cuestión religiosa –la fe
cristiana de los armenios– era una parte central de la memoria del
genocidio.
o
La
política internacional hizo el resto. Poco a poco, al olvido por el paso del
tiempo se sumó la voluntad de impunidad. La República de Turquía convirtió
en parte de su acción diplomática y política la negación del
genocidio y el revisionismo histórico.
o
Se
trató de argumentar pretextos –por ejemplo, que los armenios pretendían ser una
quinta columna de los enemigos del imperio, o que el nacionalismo armenio era
una amenaza para la unidad territorial– o de admitir matanzas, pero –aducían–
nunca tuvieron el objeto de erradicar toda huella y memoria de la presencia
armenia. Parte del precio por tener una buena relación con Turquía pasaba por
soslayar esta página de oscuridad insondable en medio de una historia de cinco
siglos llena de episodios luminosos. Ankara no podía admitir que el pueblo que
acogió a los judíos expulsados de España y que había alumbrado una de las
formas más elevadas de la cultura islámica hubiese consentido –ni mucho menos
perpetrado– las atrocidades que sufrieron los armenios.
o
Así
seguimos. Frente a la realidad de los testimonios históricos –desde los
informes de los oficiales extranjeros que luchaban en el Ejército otomano hasta
las actas de los juicios seguidos contra los responsables de las masacres,
algunos de los cuales terminaron condenados–, la voluntad genocida forma parte
del plan del exterminio de los armenios desde el primer momento; más aún, se
remonta al tiempo de las matanzas hamidianas de 1894-1896.
o
Turquía
sigue negándose a reconocer que hubo un genocidio y no solo episodios
atroces de violencia.
o
El
orgullo nacional y el temor a las reivindicaciones económicas y territoriales
inspiran la negativa turca a reconocer lo innegable”.
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 24 abril de
2015
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 24 abril de 2015
Publicado en Forumlibertas.com 25 abril de 2015