107 La
amable cordialidad de un Papa enamorado
En mi vida, en este tiempo ha habido una
transformación: trascendente, esencial; ha habido una conversión profunda, una
nueva y renovada apuesta por Jesucristo. He descubierto que estoy atravesando
con diligencia un largo puente y que me está llevando de la “búsqueda” de
Jesucristo, al “encuentro” con Jesucristo. Estoy descubriendo unas huellas que me
hablan ya de cercanía, de firmeza ante el hecho de un descubrimiento
excepcional. En todo este proceso interior, en este proceso en el que el alma
se embriaga de esa “Agua Viva”, de esa Agua que emana gratamente del corazón de
Cristo. En ese proceso: vivificador, entusiasta y esperanzador, está operativa
la presencia de un líder, de un líder carismático que es capaz de envolver el
amor con los ropajes de la belleza, de un líder que desde la sencillez: lidera
y entusiasma, haciendo de su palabra un arma poderosa. El amor es importante o
mejor el amor es muy, muy importante, lo más importante. Pero Francisco tiene
el divino Don de envolver el amor en un digno envoltorio, en un envoltorio que fascina
y lo hace atractivo. Francisco ha elegido para que caminemos con agrado por los
caminos del amor una ruta en la que hay sobreabundancia de belleza. El camino
del amor muchas veces es: austero, difícil, escabroso… pero el panorama que lo
circunda ha querido el Papa llenarlo: de hermosura, de frondosidad estética, de
belleza radiante y cautivadora. Francisco ha escogido lo mejor para envolver el
sacrificio en alegría. Como las madres que cuando cuidan a su niño pequeño no
experimentan: el cansancio, ni la fatiga, sino la alegría y la felicidad;
alegría y felicidad que emana del bello rostro del niño, hijo suyo; que emana
de ese cuerpo pequeño pero inmenso y muy importante para esa madre que extasiada
y vivamente transformada contempla la maravilla de ese ser diminuto. Qué importante
es el amor para la vida y que importante es presentar con amor la esencia del
amor. Qué importante es presentar el amor: como ese Don insustituible, como ese
Don del que únicamente emana la felicidad. Todo lo demás es intrascendente al
lado del amor; de ese eterno amor: “de ese Dios que es Padre, de ese Dios que
es Hijo, de ese Dios que es Espíritu Santo”. Papa Francisco quisiera: que sigas
ofreciendo tan magistralmente tus enseñanzas, que sigas siendo: el Pastor
bueno, el Pastor bondadoso, el Pastor que con alegría nos hablas y nos hablas… nos
hablas de lo mismo, la doctrina no cambia, pero lo haces: con amor, con
dulzura, con cariño, con ternura. Yo diría, reiterándome en los términos, que
Francisco sabe hablar del amor: amando; sabe hablar del dolor, envolviéndolo en
el envoltorio adecuado. Y, tú y yo, como Francisco, podemos seguir su camino y
aprender a amar envolviéndolo: en alegría, en gozo, en dicha y en paz.
Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 8 de junio de
2014
Publicado
en Forumlibertas.com 9 de junio
de 2014
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 8 de junio de 2014