129 Constitución y paz
En estos días de
fiesta Constitucional -XXI aniversario-, en los que el pilar fundamental de la
democracia se fortalece y la estructura social se hace más robusta, hablemos
de la paz. La paz es imprescindible para que el mundo discurra
por cauces estables. Pero la paz no es un término genérico sin relación ninguna
con el individuo, muy por el contrario la paz es el fruto de la pequeña
aportación que hace cada persona. Cada uno de nosotros, jóvenes o mayores,
engendramos paz o engendramos: divisiones, odios, enemistades, guerras, disturbios,
inquietudes, etcétera
No
podemos ser parásitos que pensemos que los demás nos lo deben de ofrecer todo;
nosotros hemos de ser constructores de paz, generadores de unidad, arquitectos
-sobresalientes- en el arte de la amistad. La paz será duradera, sí nosotros,
cada uno: jóvenes y menos jóvenes, aportamos nuestro esfuerzo, nuestra
voluntad, nuestra inteligencia, para conseguir un logro, tan anhelado, como
necesario.
El
ser buenos estudiantes, el ser buenos trabajadores, el ser buenos hijos,
el ser buenos padres, el ser buenos amigos, es premisa imprescindible para
conseguir la paz, y que ella: sea duradera, para nuestro bien y el de las
futuras generaciones.
Y
para terminar, lo hago con una frase de un hombre genial: Gandhi, él dijo:
"No hay camino hacia la paz. La paz es el camino". No camines
buscando la paz; mejor, camina sobre la paz: vívela, disfrútala, custódiala,
engéndrala, extiéndela, llévala delicada y tiernamente en el fondo de tu alma;
y, ¡Con tus obras!, en la palma de tu mano
Como
colofón, repito: pausadamente y saboreándolas, las palabras de Gandhi, pues
ellas son un tesoro para nuestro mundo: "No hay camino hacia la paz. La
paz es el camino"
Publicado en Diario
JAÉN 5 - 12 - 1999