137  Queridos Reyes Magos

Me gustaría conocer la Estrella maravillosa que os llevó hacia Belén. Y me gustaría conocerla para que me guiara, y para que ella  fuese actualmente -también- guía de este mundo nuestro; un mundo que anda un poquito falto de metas, de proyectos, de ambiciones nobles y deambula buscando en lo mundano la tan  ansiada felicidad.
Me gustaría pediros ilusión, porque con ilusión es todo tan bonito, tan bello, tan placentero... El trabajo, el sacrificio, el dolor, con ilusión son más llevaderos, sin  ella todo puede llegar a ser insoportable.
Quisiera para mí y para todo el mundo  la ilusión del que gozoso ha encontrado su primer amor, la ilusión del que ha descubierto la presencia amorosa de unos padres que le quieren, la ilusión del que cobra sus primeros honorarios, la ilusión del que estrena su juventud y la ilusión  del que descubre atónito la inmensa grandeza de su Padre Dios. Quisiera con Vds.  Majestades descubrir la verdadera ilusión, esa ilusión que emana de la eterna sabiduría de un Dios que nos ama.
Carta a Melchor, Gaspar y Baltasar 
Queridos Reyes Magos, ¡en confidencia! :¿No es cierto que os da un poquito de asco el comportamiento de tantos y tanto que sólo pedimos para nosotros y ni aún en ese día nos acordamos de los demás?  Pedimos superficialidades para incrementar sobreabundantemente el "museo" de nuestras posesiones y  nos olvidamos de que otros malviven sin poder apenas disfrutar  de  lo que a nosotros nos sobra: gastamos de más, tenemos de más, comemos de más, poseemos de más... Y no queremos compartir. Los pobres, los miserables, los indigentes nos  molestan, nos asquean, huimos de ellos...
Queridos Reyes, vosotros podéis conseguir que, cada uno, salgamos de que nuestras comodidades, para cómo ustedes ir tras el encuentro de  un insigne  personaje llamado Jesús; y en Él encontrar la generosidad que nos falta, el amor del que adolecemos y la paz que tan ausente está en nuestras vidas. Vidas vacías, enclencles; vidas aprisionados por un enfermizo egoísmo que, tantas veces, nos destruye.


Publicado en Diario JAÉN     4 - 1 - 2000