48 Familia y Sociedad.


48   Familia  y Sociedad.

En Sevilla y en el sacro y grandioso recinto de su santa Iglesia Catedral, magno marco para cualquier trascendente acontecimiento, en estos días ha tenido lugar la IV Semana de la Familia.
Debido a la trascendencia del tema creo que es conveniente difundir este hecho, para que algo tan sagrado reciba del ser humano el cuidado y estima que merece. La familia es el lugar donde se garantiza La vida, el hombre sin el hábitat propicio de un entorno que proteja su existencia no puede sobrevivir dignamente. Fuera de la familia el ser humano se devalúa se empobrece y acaba aniquilado por el peso cruel de una sociedad que lo destruye. Potenciar la familia es enriquecer la sociedad, alimentarla con la fresca y pura savia de un equilibrio interno estable y duradero, el ser humano fuera de la familia se ve sometido al egoísmo de un prójimo que aunque cercano, vive lejos, despreocupado, ausente...
El drama de las familias que se destruyen es grande en nuestra época, los hijos quedan expuestos a las inclemencias de un mundo para el que ellos son indiferentes, la sociedad no puede suplir el papel indiscutible de la paternidad, el amor de unos padres por unos hijos no se puede sustituir por muy perfecta que sea la sociedad. ¡Y si tan perfecta fuera! sabedora del papel insustituible de la familia, potenciaría esta institución, no para enmarcar al individuo en unas estructuras sociales pasadas y retrogradas, como algunos pretenden hacernos ver, sino para vivir en coherencia con un modelo social que aunque moderno -y por ello mismo- no puede prescindir de algo que pertenece a la esencia de cualquier sociedad en camino certero hacia el progreso. Dar la espalda a la familia es el paso previo para la obtención de una sociedad podrida, hundida en la pobre miseria de sus propios desajustes. La persona, el ser humano, necesita un hogar, un amor, una estabilidad emocional, un clima de paz y concordia, un lugar donde pueda florecer el don de la vida.
Los hijos necesitan a sus padres y los padres a sus hijos, y la sociedad, llamada a crear prosperidad y paz, necesita la familiar armonía de unos hijos y de unos padres, que trabajan, luchan, y se esfuerzan dignamente por el bien de todos, en el adecuado marco de la institución familiar, “magno” marco para la más importante de las realidades sociales.

Publicado en Diario JAÉN                10 de abril de 1997
Publicado en Diario ABC (Sevilla)      11 de abril de 1997