149 Sentimiento,
religiosidad popular y fe
Consideró que el sentimiento o sentimentalismo, en
algunos casos, hacia una Imagen Sagrada puede ser un paso hacia la fe o hacia
la autenticidad de la religión o hacía la conversión o hacia el amor. Y por el
contrario una actividad litúrgica o sacramental realizada por un sacerdote
“funcionario”, o en la los que participa un laico distraído, en algunos casos
puede estar siendo vivida con indiferencia y estar alejada del sentido trascendente
y espiritual que le corresponde. El papa Francisco en varias ocasiones ha
criticado ya la figura de ese sacerdote funcionario poco ejemplar, que al final
acaba viviendo una fe poco atractiva y alejada de la vida de Jesús. Es cierto
que hay mucha “morralla” en las cofradías, mucha apariencia sin fondo y esto
hay que mejorarlo y educar a la gente, formar a los cofrades, pero ¿por qué
criticar tanto su fe? ¿Por qué criticar sus buenas disposiciones? En todo hay
mucho qué mejorar, también en la práctica de los sacramentos. Por ejemplo: ¿Qué
decir de los bautizos?, si preguntáramos sobre la fe de los padres y de los
padrinos de los niños que se bautizan nos podríamos llevar y nos la llevamos en
muchos casos una triste desilusión. ¿Y qué decir del bullicio, a veces
escandaloso, de la celebración de las primeras comuniones? Y nadie encuentra
remedio, ni tan siquiera los mismos obispos. ¿Y qué sucede en ocasiones con las
bodas? ¿Y de la falta de preparación con la que participan los novios? ¿Y con
el ambiente de murmullo de las celebraciones? En estos temas relacionados con:
la fe, la religiosidad popular, la práctica de los sacramentos, las romerías,
la fiesta de los patronos; mejor diría lo que dice el evangelio: “No juzguéis y
no seréis juzgados” o aquello que dijo Jesús: “El que esté libre de pecado que
tire la primera piedra”. Por lo tanto dejemos de criticar los sentimientos de
los demás, dejemos a cada uno con sus tradiciones, dejemos las costumbres; y
eso sí, a formar a todos, para que todos conozcan: “la auténtica Verdad”, “el
camino del Amor”, “la doctrina segura”; pues a fin de cuentas, aunque cueste
trabajo reconocerlo todo, hasta lo más digno tiene su dosis de: vanagloria
personal, folklore, hipocresía y lucimiento; y en muchos otros casos nos olvidamos
de lo sagrado viviendo de forma rutinaria y anodina nuestras propias
celebraciones litúrgicas. En todo caso nos viene bien a todos, unos y otros, el
pasaje evangélico de Lucas 6, 41 - 42 en el que dice ¿por qué miras la paja que
hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que hay en el tuyo?
Al leer esto se puede pensar que el que esto
escribe se declina por la religiosidad popular y “ataca” el sacramento y al
sacerdote; no es así, lo que sí es cierto es que a veces se ataca con dureza
desmedida a las cofradías y pienso que ellas tienen un papel importante en la
religiosidad al menos en España y especialmente en Andalucía. Tanto la
religiosidad popular como la Iglesia en sus diversas manifestaciones deben
caminar hacia el mismo fin, sin ser una obstáculo para la otra; por supuesto
que la gracia que nos llega a través de los sacramentos es infinitamente más
eficaz, porqué los sacramentos son los cauces por los que ha querido Jesucristo
que nos llegue esta gracia, pero no podemos menospreciar por ello todo lo
demás, teniendo en cuenta la inmensa riqueza de los dones divinos y la diversidad de medios que Dios ha dispuesto
para nuestra conversión, penitencia y salvación.
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 17 de septiembre de
2014
Publicado en Forumlibertas.com 22 de septiembre de 2014