497 El
mundo de los hijos y su reto.
Los hijos nos abren un nuevo mundo:
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“Y nos damos cuenta de que no sólo enseñamos, sino que tenemos mucho que
aprender de ellos también”.
Antes de que los hijos nazcan, los padres se ven a sí
mismos como unos profesores. Le enseñarán al hijo a andar en bicicleta, a leer,
a ser generosos, respetuosos, veraces y honestos…
Lo que no se imaginan es lo
mucho que los niños enseñan a sus padres:
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Pues al enfrentarlos a cientos de situaciones nuevas aprenderán sobre su
ser más profundo, su relación con los demás, el mundo…
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Pero la primera lección que
los niños dan es dar a conocer a sus padres la fuerza del instinto paternal.
También enseñan otras leyes de la vida:
1. El amor es infinito
Nos cuenta Patricia Espinoza, 34 años:
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“Cuando tuve mi primera hija estaba tan feliz, que sentía que no podía
quererla más. Pero, con cada nueva cosa que iba haciendo, la quería más. Cuando
iba a tener a mi segundo hijo, aunque estaba feliz, tenía un poco de miedo
porque pensaba que no lo iba a querer tanto como al primero. ¡Qué equivocada
estaba! Ahora tengo cuatro y a todos los adoro”.
Nos damos cuenta de que el amor no se agota, porqué el
amor es infinito.
2. No controlamos todo
Nos dice Claudia Cerda, 32 años:
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“Lo único que yo quería era tener mi hija con parto natural. Pero la niña
venía enredada en el cordón y tuve una cesárea de emergencia. Desde entonces
descubri que con un hijo, muchas cosas ya no dependían de mí”.
Y cuenta Carolina Murillo, 4 hijos:
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“Íbamos a hacer un viaje. La mañana del día en que nos íbamos, el niño amaneció
con 39 o de fiebre. ¡Adiós viaje!. Con los niños es real el dicho: El hombre
propone y Dios dispone”.
Los niños nos enseñan a esperar lo inesperado.
El secreto es ser flexibles con nuestros planes.
Mientras antes aprendamos a ser flexibles y a tener en
cuenta todas las circunstancias que pueden cambiar, nos sabremos tomar la vida
mejor.
3. El autocontrol
Cuenta Carolina:
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“Jamás me imaginé que tuviera poca paciencia. Pero después de una tarde
entera oyendo a mis hijos pelear; no aguanto más y me dan ganas de irme y no
volver, pero a los tres minutos, ya me he recuperado porque, a pesar de todo,
¡son un placentero encanto!”.
Los niños nos exponen a situaciones nuevas que nos
hacen reaccionar de una manera que uno jamás pensó: rabia, impaciencia,
frustración.
El autocontrol es una lección que se tiene que aprender,
y vivir, rápidamente desde que el hijo nace.
4. Nuestros propios
intereses pasan a segundo plano
Asegura María Paz Arellano:
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“Desde que tengo niños, ya no me acuerdo ni de lo que es ir al baño, sin
tener a alguien necesitándome al otro lado de la puerta. Y la cosa es peor
cuando uno se pone enfermo… , 4 niños y el mayor tiene 5 años ”.
Con los niños, los padres aprenden a darse cuenta que
ellos exigen todo nuestro tiempo y dedicación. Todo cambia: ahora son ellos lo más importante en
la vida.
5. Los niños son individuos
distintos a nosotros.
Cuenta Francisco Olea, 2 hijos:
“Hay veces que la miro y pienso: esa niñita no es hija
mía. Es que es súper loca e hiperkinética… ¡Tan distinta a mí! Yo soy
tranquilo, me gusta todo con calma… La verdad es que no sé: qué y cómo hacer.
Hay que aprender a respetar las diferencias, personalidad y carácter de cada
hijo. No podemos tratar de que nuestros hijos sean iguales a nosotros. Tenemos
que conocerlos y quererlos tal cual son.
6. Nadie espera que seamos perfectos
El amor incondicional de los
niños es una recompensa que nos conforta día a día. Si nos equivocamos y se nos
pasó la mano en el enfado, ellos nos hacen sentir que no fue tan grave. Si lo
procuramos, trataremos de controlarnos más y seremos mejores. Ojalá entendamos así
sus errores.
7. No hay que juzgar a los
demás
Nos asegura Claudia:
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“Cuando esperaba a mi primer hijo, me hice un montón de ideas de lo que iba
a hacer y de lo que no iba a hacer con él, según lo que veía en los demás. No
lo iba a consentir tanto como Fulanita, no le iba a dejar ver tanta TV como Zetanita,
ni le iba a comprar barbies tan chica, como Menganita… De más está decir; que luego
me di cuenta que hacía lo mismo y mucho más”.
Dejemos así de exigirle a los demás cosas que nosotros
no podemos cumplir con nuestros hijos. Esta es una importante lección que se
puede aplicar en todos los ámbitos de la vida.
8. Vivir el momento
Opina Claudia:
“Cuando salgo con los niños, miro las calles de otra
manera. Es que a su ritmo, y con
ellos, se ven flores, pájaros, grúas y todo tipo de cosas que ni me doy cuenta
que existen, si voy sola y apurada”.
9. No se
termina de aprender
Y asegura María Paz.
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“Una de las grandes sorpresas que he tenido, siendo mamá, es la cantidad de
cambios que un niño puede sufrir en tan poco tiempo. De ser una niñita
adorable, pasó a tener unas pataletas feroces. Después sacó una alocada forma
de ser y ahora está tímida. Creo que cada nueva etapa es como empezar todo de
nuevo “.
Esto nos plantea un desafío enorme como padres.
10. Los niños nos despiertan
virtudes olvidadas.
Todos los padres estamos de acuerdo en los
interrogantes que nos presentan los hijos y lo que nos hacen cuestionarnos
sobre nosotros mismos. Los hijos nos
hacen conocernos mejor y nos motivan a ser mejores:
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“Lo poco rencorosos, lo espontáneo, la alegría, la espiritualidad, la
sencillez, la sensibilidad con los más débiles o los pobres... En cierto
sentido, te despiertan a un mundo mejor”.
Fuente: encuentra.com
Publicada en DIARIO DE AVILA
Digital 27 de junio de 2016
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
30 de junio de 2016