493 Saluda

493   Saluda

En este tiempo de adviento previo a la celebración de la Navidad y al comienzo del nuevo año nos dirigimos a todos los linarenses y especialmente a los devotos y hermanos de nuestra Sra. María santísima de Linarejos Coronada. Os animamos para que de una forma especialísima ahora en este período de preparación a la Navidad, vivamos muy cerca de Ella, para de esta manera recorrer estos días llevados de su maternal, acogedora, delicada y cálida esperanza.
En esta época en la que nos ha tocado vivir muchos pretenden convertir la Navidad en un tiempo de profana algarabía, de consumismo  desmedido, de eso que algunos quieren llamar Fiestas de Invierno. Y la Navidad no es sólo una fiesta, es mucho más, es una vivencia especialmente: religiosa, familiar, solidaria y entrañable.
Ya vimos, la Navidad pasada, el espectáculo lamentable de la Cabalgata de los Reyes Magos, en algunos lugares de nuestra España; y como muchos representantes nuestros en los diversos escaños del variado ámbito político pretenden desvirtuar y acomodar, a sus paganas creencias, estos días que para nosotros han de ser de fiesta, pero también de oración, de reflexión y de agradecimiento.
Las tradiciones de nuestra tierra son unas tradiciones especialmente “condimentadas” con la final sal de un cristianismo popular, en la que lo religioso se compagina con el espíritu festivo, sin que haya ningún brusco choque de realidades contrapuestas; muy por el contrario, durante siglos, hemos sabido compaginar estas realidades y convivir, sabia y delicadamente, tanto los creyentes como los que no lo son, sin hacer distinción y sin tener que etiquetar las creencias y los comportamientos de nadie.
Y para terminar indicar que tristemente el odio impera, de nuevo, en determinados sectores de nuestra sociedad; y que los cristianos y devotos de nuestra Señora de Linarejos no podemos permitir esta lacra social, y por ello tenemos que rezar y poner de nuestra parte para que la fiereza inhumana de algunos desaparezca de nuestro horizonte. Un horizonte que ha de seguir siendo siempre un horizonte de paz, de maternal esperanza, de divina concordia, de libertad y de prosperidad para todos y muy especialmente para aquellos que sufren: la guerra, la esclavitud, la pobreza, la soledad, la marginación o la enfermedad.                                                                              
Y acompañados, muy de cerca, de la amable y dulce mirada de nuestra querida Virgen de Linarejos os deseamos una feliz Navidad y un esperanzador 2017.


Publicada en Ecos de Linarejos                                     Navidad 2016