148 ¿Yo
tengo un líder y tú?
En este tiempo escabroso, difícil y diría que repleto
de enigmas y complicaciones. En este tiempo de corruptos malolientes, de
insensatez, de penuria moral. En este tiempo de zozobras, y horizontes turbios,
de paisajes decadentes, de insensibilidad social.
En este tiempo difícil para los familias, difícil
para los jóvenes, difícil para los trabajadores, difícil -como no- para los
creyentes y más difícil aún para todo aquel que quiera llevar: una vida
coherente, una vida honesta, una vida veraz.
En este tiempo se necesita un líder, una persona
carismática que nos sirva: de guía, de consejero… Una persona auténtica y
ejemplar: que nos de confianza, que estimule nuestra vida y que nos empuje para
caminar decididamente por los caminos del bien, por los caminos de la honradez.
Necesitamos una persona: sencilla, natural,
humilde, con virtudes humanas y virtudes sobrenaturales. Necesitamos una
persona que nos descubra un horizonte espléndido, en donde todo se fundamente
en la verdad y en el bien.
Necesitamos ¿Quizás? Una persona que nos hable: de
trascendencia, de Dios, de vida cristiana, del evangelio, de la Iglesia, de
Jesucristo, de María …
Necesitamos un líder que nos saque de la posible
rutina de cada día, de la vulgaridad, de la penuria que padecen los alicaídos y
los desalentados.
Yo hace muchos años para esa misión ardua,
exigente y comprometida elegí un líder, se llamaba José María. Hoy si tuviera
que elegir de nuevo seguiría eligiéndolo pero ya ahora lleva el sello de la santidad,
hoy se llama San Josemaría. Antes en 1972 vivía en la tierra, ahora está ya en
el cielo y es un santo, un santo de altar.
¿Y por qué seguiría yo hoy bajo el aliento de su
mensaje? Seguiría por qué le conocí con un carisma que cautivaba; le seguiría
por la firmeza que siempre vi en su fe, por su esperanza tan alegre y
atractiva, por su sensibilidad ante los problemas grandes o pequeños de cada
una de las personas, por su delicada y atrayente ternura, por su valía humana y
espiritual, por su don
de gentes, por su talento ante las realidades trascendente e intrascendentes,
por su segura afinidad con la Iglesia de Jesucristo, por sus palabras llenas de
solidez, por sus escritos atractivos y profundos, por su entrega total y
absoluta: segundo a segundo, por su …
Yo ya elegí
mi líder, espero no cambiar el rumbo y con la ayuda de Dios seguir el camino
correcto.
¿Y tú? Tú ¿A
quién sigues? ¿Quién es tu líder? ¿Quién diseña tu horizonte? ¿Quién te motiva
cada día?
Tú ¿has dado ya
un rumbo adecuado a tu vida? ¿A qué esperas? … Si sigues dando tumbos, decídete
ya, escoge, coge el timón, dirige tu vida…, Dios te espera, ¡No le defraudes!
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 25 de septiembre de
2014
Publicado en Forumlibertas.com 29 de septiembre de 2014