385 La
enfermedad un escollo que Salva.
Ante el sufrimiento o la enfermedad me pregunto:
¿Qué es peor?
·
El sufrimiento físico en sí mismo
O
Ø La
tristeza que produce.
Ø El
desánimo que origina.
Ø El
decaimiento que se siente.
Ø La
intranquilidad en que se vive.
Ø El
trastorno del desasosiego en que caemos.
Ø La
irritabilidad que trae consigo.
Ø El
no entender el porqué.
Ø Ese
porqué a mí, que no se entiende.
Ø Las
limitaciones que produce en nuestras actuaciones ordinarias.
Ø Las
rebeldías lógicas por los daños ocasionados por tanto dolor.
Ø La
asistencia médica en un lugar, en otro, en otro. De hospital en hospital.
Ø El
interrogante de los dictámenes médicos.
Ø La
incertidumbre: del no saber, del no entender, del no poder.
Ø El:
¡cómo es posible!
Ø La
frustración por el cambio tan radical de vida.
Ø El
desengaño ante la vida que produce dicha enfermedad que en la mayoría de los
casos nos sorprende.
Ø Los
efectos que la enfermedad produce en los demás:
o Se
preocupan.
o Les
ocasiona gastos.
o Tienen
que atenderme.
o Tienen
que cambiar sus planes.
o Tienen
que dedicarme tiempo.
Todo esto son realidades que multiplican
grandemente el efecto de ese dolor y de ese sufrimiento. También el no
entender, el no saber el porqué y el paraqué nos hace sufrir especialmente.
Es por ello por lo que los cristianos vemos de
distinta forma el dolor, porque sabemos el porqué de muchas de esos
interrogantes. Y sabemos ofrecer lo que no conocemos.
La vida es un camino difícil lleno de dolores,
angustias y penalidades pero tenemos una luz: Dios. Él nos da la respuesta; y
nos dice que el signo que nos salva es la Cruz. Y es por ello por lo que en
ella murió Cristo.
La Cruz, es como un puente que nos hace salvar el
escollo de la muerte y nos traslada de la vida a la Vida; de lo terreno a lo Celestial;
de lo caduco a lo Eterno; de lo finito a lo Infinito.
Y en la enfermedad la Cruz es el símbolo de la Victoria.
A través de la enfermedad la humanidad se va regenerando y alcanzando la meta
deseada. Al través del dolor la vida en la tierra se va regenerando y se va
purificando y alcanza las características esenciales para obtener el premio de
la eternidad.
Sin dolor la puerta del Cielo estaría
permanentemente cerrada y la del infierno permanentemente abierta. Es el dolor
unido a Jesucristo en la Cruz el que realiza el milagro y abre para todos los
que lo deseen la puerta de la salvación y cierra la terrible puerta del castigo
eterno, del infierno.
Por lo tanto ante el dolor: esperanza; la
esperanza de saber que el dolor purifica nuestras vidas y nos hace merecedores del
Galardón Eterno, del Paraíso.
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 6 enero de 2015
Publicado en Diario de León. Digital 11 enero de 2015
Publicada
en Diario JAÉN 12 enero de 2015
Publicado en Forumlibertas.com 14 de
enero de 2014