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-11- 89. Un muro cae.
Hace ya 10 años: “un muro cae”, y con él
cayeron años de opresión, de tiranías, de oprobios, de dictadura... Cae todo
eso y resurge de entre los escombros una bella palabra: " libertad
"; palabra, que al disfrutar de su presencia es cuando el ser humano
vive su auténtica dignidad. Muy por el contrario el ser humano sometido a la
alienante esclavitud de un sistema totalitario está muerto: muerto a su
grandeza, muerto a la autenticidad de su ser, muerto a la verdad, muerto a su
propia existencia.
Igual que la violencia engendra
violencia y el vicio engendra vicio, la opresión engendra opresión. Y de la
opresión egoísta y abominable de la Rusia de los zares, nació la Rusia
comunista, que sólo sirvió para hundir aun más a millones de hombres en la más
austera de las miserias. La igualdad proclamada por este sistema como bandera
victoriosa era la máscara bajo la que se escondía un desequilibrio repugnante.
Un Papa – quizás: S. Pío X- dijo que
el comunismo era intrínsecamente perverso. ¿Alguien lo duda?
¡Y si la religión era para Marx el opio del
pueblo! ¿Que droga contenía ese sistema "suyo", esa ideología:
"tan, aparentemente, poderosa" que durante tanto tiempo – demasiado:
opino yo- conmocionó al mundo, adulterando la verdad?
Publicado en Diario
JAÉN 19 - 11 - 1999