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La
vida: signo y sacramento
Sacramento
es una palabra que viene del latín, y significa signo, señal. Sacramento es,
pues, algo que nos manifiesta otra realidad que, de lo contrario, se nos
quedaría oculta.
Por
eso, podemos decir que el hombre tiene una estructura sacramental. Algunos
datos muy interesantes para este artículo gratamente lo he obtenido de la
fuente: www.encuentra.com. Y continuando con el contenido decir que en el ser
humano hay todo un mundo: íntimo, invisible, misterioso que se manifiesta a
través del cuerpo.
El
hombre es:
·
Miedo, amor, ternura, gozo, egoísmo, cobardía, sensatez, tristeza, nobleza,
interrogantes, delicadeza, cansancio, entusiasmo, pasión, solidaridad, lucha, valentía,
esperanza...
Es
todo un mundo de interioridad que se encarna hacia fuera a través de la
corporalidad. Nuestro cuerpo es el gran sacramento, el medio de expresión que
nos permite comunicarnos con los demás:
·
Las miradas, los gestos, las palabras, la sonrisa, el beso, los
abrazos, las caricias, los golpes, los movimientos...
Podemos decir que el cuerpo
entero nos permite expresar todo lo que hay en nuestro interior.
Por
lo tanto decimos que el hombre es sacramental, es algo: interior, invisible,
espiritual, que se expresa y se realiza en, y a través de, un cuerpo: visible, sensible, palpable.
Y
cuanto más profundamente se vive a sí mismo y más profundamente vive su
relación con las personas y con las cosas, más hondamente siente esta necesidad
de sacramentalizar su vida.
Los
antropólogos dicen que el hombre se hace presente en el mundo a tres niveles:
·
En un primer nivel, el ser humano se asoma al mundo como un extraño.
Apenas conoce ni entiende nada. El hombre primitivo o el niño de hoy contemplan
todo con curiosidad, se asombra, teme. Es la primera actitud, la más primitiva
y básica.
·
En un segundo nivel, el hombre va dominando las cosas y los fenómenos:
Los analiza, los controla, los trabaja, los domestica.
Es el "homo
faber" que desarrolla la ciencia, la técnica, el dominio del cosmos.
·
Hay un tercer nivel, cuando el hombre se acerca a las cosas y a los
hechos pero porqué las cosas ya no son solo meros objetos para ser contemplados
o para ser trabajados y dominados; son también: signos, señales, llamadas.
Entonces las cosas y los hechos son portadores de un mensaje, de una vivencia.
Adquieren un valor sacramental.
Es decir, el
hombre no sólo es sacramental sino que va cargando de valor simbólico o
sacramental el mundo en que vive. Va sacramentalizando su existencia y todas
esas cosas, hechos, momentos, personas se convierten en pequeños o grandes
«sacramentos» que evocan, alimentan y acrecientan su existencia.
·
También las cosas pueden ser signo de un algo superior, por ejemplo:
o El agua que es elemento
prioritario para la vida terrena puede también formar parte como símbolo y
signo de una realidad superior: las realidades del espíritu. Y el agua pasa del
campo existencia material a convertirse en signo de una realidad muy superior:
la vida espiritual.
o La palabra que es el
elemento de comunicación entre las personas puede ser y es también el signo y
el símbolo de la revelación que nos hace Jesucristo.
o La luz que es un símbolo de vida.
Y la luz es un signo o un símbolo también de Jesucristo que es la Luz del
mundo.
o El pan es otro signo, mayor
aun, ya que en la S Misa deja de serlo y se convierte en el Cuerpo de Cristo,
al igual que el vino
o La rama de olivo es otro
gran signo que simboliza la paz.
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital 9 de
mayo 2016
Publicada
en DIARIO DE ÁVILA Digital 10 de mayo de 2016