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cabeza al abrazo con su Santidad.
La pequeña historia
que voy a narrar es la de Jesús, un linarense con parálisis cerebral al que su
fe firme y pétrea, robusta e inquebrantable le llevó a Roma.
Con impaciencia
esperó el momento para poder realizar el viaje. Llevaba años queriendo realizar
el sueño. Él, deseaba ante todo poder abrazar al Romano Pontífice: Francisco, y
mostrar con ello su amor:
·
A la
Iglesia, a la cristiandad, a Jesucristo y a la humanidad entera.
Con ilusión e
inquietud, esperó el, para él, tan grato momento. Todo lo prepara
cuidadosamente, con cariño y con esmero. Todo hasta los pequeños detalles los
tiene en cuenta a sabiendas de la importancia de la visita a su Santidad:
·
El Papa
es uno de los grandes amores que todos los cristianos tenemos en la tierra, y
la mayoría somos conscientes de ello.
·
Otros
por desgracia no entienden en toda su magnitud la importancia espiritual de
este hecho y por lo tanto viven un cristianismo un tanto anodino e insustancial
alejados de la autenticidad.
·
Jesucristo
le dijo a Pedro, el primer Papa:
o
“Tú eres
Pedro y sobre esta piedra edificare mi iglesia, y lo que atares en la tierra
quedará atado en el cielo y lo que desatares en la tierra quedará desatado en
el cielo”.
Nuestro protagonista,
lleno de fe y conocedor de esta realidad realiza esta peregrinación a la sede
del Príncipe de los Apóstoles y llegado el momento acude en la plaza del
Vaticano al encuentro del miércoles, dieciséis de marzo:
·
Allí
está Jesús, nuestro paisano, rebosante de felicidad, sabiendo de la dicha que
participa.
·
Con
intensa vibración vive la Santa Misa con el Papa. En aquellos momentos
intensifica la oración para no olvidarse de nadie, ni de nada:
o
El paro
en España, la paz, la situación inquietante en que vivimos, su familia y todas
las familias españolas, la salud, la aceptación de la enfermedad, los jóvenes,
los sacerdotes, la iglesia, su vocación y un sinfín de cuestiones importantes que
acuden a su mente, y él los coloca en la patena, en el altar, junto al Papa a
sabiendas de la trascendencia del momento.
Terminada la Misa el Santo Padre saluda a los asistentes, y en lo
posible, dada la gran multitud, se acerca a ellos:
·
En un
momento Jesús ve como el papa Francisco se acerca, pero él no puede acceder
pues una valla se lo impide, e instintivamente se tira de cabeza, Jesús es
consciente de que para el amor no hay nada imposible.
El Papa se da cuenta y se acerca, la
intensidad del cariño se palpa y Jesús y Francisco se encuentran uno frente al
otro, y en un tierno y efusivo abrazo se funden ante la mirada de miles de
personas que descubren una vez más, en aquella inmensa plaza, la fuerza del
amor.
El Papa, una vez más: con el enfermo, con el ser humano, con la
persona.
El Papa, hoy muy especialmente, con este linarense y español tan
querido llamado:
·
Francisco
Jesús Ballesteros Prieto.
Publicado en La Nueva España. Prensa Asturiana. Digital. 4 abril 2016
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 4 abril 2016
Publicada
en Diario JAÉN 5 de abril 2016
Publicada en Diario de
Burgos 4 abril
2016
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 10 de abril 2016
Publicada
en la Web Opus Dei 18 de abril 2016
En esta ultima publicación se han realizado cambios de la original para que fuera un
testimonio personal.