Relatos biográficos 5 Manolo y los Santos Job de hoy día



Relatos biográficos 5
Manolo y los Santos Job de hoy día

Yo tengo un amigo, y compañero, al que quiero mucho y con el que he compartido muchos ratos de diálogo, de ese diálogo que cala en las entrañas por la profundidad que se pone en él.
Yo he aprendido mucho de aquellos diálogos intensos y llenos de vivencias; diálogos gratificantes en los que se hablaba de los problemas diarios de cada uno, de las preocupaciones, de las angustias que también las ha habido en aquellos  momentos cuando yo compartía con él, intensamente, difíciles episodios de nuestras vidas. Mi querido amigo se llama Manolo, él ha sufrido y sufre mucho pues ha tenido que afrontar situaciones muy difíciles que ha sabido llevar con honestidad y “toreando con maestría”, por utilizar un símil torero. Voy a contar algunas de sus tristes vivencias pues pueden ser para nosotros un empujón para seguir caminando: “De pequeño murió su madre y su padre se casó de nuevo. Su madrastra, habitualmente, lo trataba con desprecio, y cuando se enfadaba con él le decía: “anda que eres tan desgraciado que no tienes ni madre”. Estos episodios, que eran frecuentes, dejaron en él una huella imborrable; que terribles y que crueles somos los seres humanos en ocasiones. Los límites de la maldad humana no tienen fronteras y todo se puede esperar por desgracia. Este hecho aunque yo no lo he vivido también en mí ha dejado huella, pensando en la malicia tan tremenda que puede anidar en el corazón de una mujer. La vida siguió su curso y Manolo a temprana edad se casa, y se va a vivir fuera de su tierra por las circunstancias de su trabajo, y allí repentinamente su mujer muere de una forma imprevista lo cual es para él otra gran adversidad, tiene que afrontar la muerte y además en unas circunstancias muy adversas al ser en otro país y encontrarse solo, alejado de familiares y amigos. De nuevo la figura del Santo Job viene a mi memoria. De nuevo en su vida aparece el dolor, de nuevo queda huérfano de cariño y en unas condiciones lamentables. El dolor es el compañero incondicional de muchas vidas y de muchos seres humanos; en ocasiones no entendemos el porqué de tanto sufrimiento, el porqué de tanta contradicción; en Jesucristo queremos ver la respuesta, pero a veces nos faltan las fuerzas para afrontar las zozobras del camino áspero y suntuoso. Superada esta situación, no sin dificultades, se casa de nuevo, y tiene dos hijas, pero -pronto- a una de ellas se le detesta un cáncer en la cabeza, de nuevo la adversidad, de nuevo la cruz, y  esta vez lo certero del dolor ha dado en la diana, que mayor dolor que ver sufrir a un hijo o a una hija, y más aún cuando es una niña indefensa, sin culpa. Pues en esa situación de espinas y tristezas se encuentra de nuevo  Manolo, que otra vez tiene que afrontar la adversidad. Un médico, otro médico, un diagnóstico y otro y otro; favorable, no favorable; es todo lo que se puede esperar de una situación médica de tal gravedad. Le advirtieron de la proximidad de la muerte, ante lo cual llego para toda la familia la oscuridad más absoluta, el médico que le atendía no daba ni la más mínima esperanza; pero, aparte de los medios humanos, acudieron con fortaleza al recurso de la oración: oración y lágrimas, oración y esperanza, oración, oración y oración. Sólo quedaba esa salida: la fe, y la fe, indicios hay de ello, hizo posible el milagro, y aunque con muchas deficiencias la vida sigue siendo una realidad en esa criatura a la que tanto sus padres quieren. A veces qué difícil es entender el dolor, pero qué grande es siempre la esperanza; la esperanza de saber que un Dios que es Padre está ahí, pendiente de lo que sucede; está pendiente para levantarnos y para sacarnos de los pozos terribles por los que tenemos que pasar en esta vida. En esta vida las exigencias del camino y del amor son grandes, pero Dios, más o menos visiblemente, está siempre a nuestro lado. Manolo, muchos pueden seguir tu ejemplo, para mí es un ejemplo de un valor incalculable. Con estos ejemplos podemos seguir caminando y llegar a la meta. Gracias Manolo.  Y gracias especialmente a Lina que ha sabido ser roca firme en el camino de la constancia para poder superar, y seguir superando, la dura prueba”.

Rafa
              11 noviembre  2013