31 A las Monjas del Neveral.
Paco Romero -Hijo-
Esta carta Sr. Director no la escribo yo, la escribe
desde el cielo mi querido Paco.
Mi alma se reconforta al experimentar la dicha de tener
amigos que saben sufrir y morir, y este para mí ha sido un buen ejemplo, Paco
ha sido valiente en los momentos en que la vida le ha tratado duramente, se ha
ido maltrecho en su cuerpo, inmerso en el dolor, a él, a sus 25 años, ya no le
quedaba nada sano.
Murió en sábado y ofreció su vida a María, su corazón le
fallo, pero se fue a gozar, eternamente, junto al corazón dulcísimo de María,
en el día entrañable de su fiesta.
El quería escribir una carta de agradecimiento en el
Diario Jaén, pero la vida se le fue, se le escapo, dejándonos a su familia y a mí
el dulce encargo de hacerlo, quería agradecer a la comunidad de religiosas del Neveral
el trato y el cariño recibidos y en especial a Madre Dolores y
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Espíritu que un sábado, día del dulcísimo corazón de María,
voló libre de las terrenas ataduras, a La celestial morada. Morada que será
suya, desde ahora, para toda la Eternidad.
Publicada en el Diario Jaén el 23 del 6 de 1996