450 Pilares del
cristianismo.
Para procurar en todo lugar y circunstancia vivir como
auténticos cristianos es conveniente previamente adquirir una buena formación,
formación que habrá que continuar después durante toda la vida; para, como el
deportista, estar siempre preparado con los adecuados conocimientos.
También es conveniente fijar con firmeza cuáles son los
pilares sobre los que se sustenta la vida cristiana, para intentar en cada
momento vivir de acuerdo a estas realidades y a estos soportes; y que de este
modo haya efectivo realismo: en nuestras vidas y en el intento cotidiano por
adquirir la virtud y acercarnos siempre al bien.
A continuación expongo algunos de estos pilares que son
imprescindibles para el cumplimiento de nuestras nobles vivencias:
·
El trabajo bien hecho, realizado con dignidad y
cara a los demás y a Dios.
·
El aprovechamiento del tiempo, sabiendo que hay
mucho por hacer y a muchos que ayudar.
·
La familia, que es el vehículo primordial de la
vida y la expresión máxima del amor humano y divino.
·
El amor a Dios como pilar fundamental que da
sentido a todo.
·
Las prácticas de vida cristiana: oración,
sacramentos, presencia de Dios. Todo esto es el sólido entramado de nuestra
unión con Dios y a través de Él con todas las personas.
·
El amor a los demás como pieza prioritarias en
el puzle de nuestro cristianismo.
·
La ayuda a los necesitados como eslabón
fundamentales de la cadena del amor.
·
La preocupación por los problemas de nuestro
mundo. Ello ha de ser para nosotros un compromiso y una vivencia.
·
Nuestra defensa, sin fisuras, de la vida.
·
Nuestro posicionamiento permanente al lado de la justicia.
·
Nuestro testimoniado de Jesucristo, con ejemplos
siempre vivos y con palabras enraizadas en la verdad.
·
La pureza en el alma y en el cuerpo, como
garante de una limpieza inmaculada y encaminada al servicio.
·
El trato con los demás en el que ha de estar
siempre presente:
o
La amabilidad, la cordialidad, el cariño, la
ternura, la delicadeza…
·
La defensa de la verdad.
·
La vivencia de la virtud y la lucha permanente por
desterrar de nuestra vida los vicios: usura, envidia, mentira, murmuración…
·
Vivir siempre: con honorabilidad, transparencia,
honestidad, sabiendo que son como antorchas de luz de una vida en Cristo.
·
La lucha por conseguir la libertad y la paz en
todos los lugares y circunstancias.
·
La aceptación del dolor, de la enfermedad, de la
contrariedad sabiendo que Dios lo permite para conseguir la plenitud en el
camino de nuestra vida.
·
La fe, la fe como un efluvio divino que nos
llena de esperanza y nos conduce al amor.
·
Y por último la esperanza vigilante y el anhelo
permanente del cielo; ese cielo, eterno e infinito, que será el colofón glorioso
de nuestra existencia.
Y unas palabras de San Josemaría:
·
“Jesús se acerca a aquellas barcas y se sube a
la de Simón. ¡Con qué naturalidad se mete el Maestro en nuestra barca!: para
complicarnos la existencia delicadamente, amorosamente”.
·
“Después se dirige a ellos: ¡bogad mar adentro,
y echad vuestras redes! Fiados en la palabra de Cristo, obedecen, y obtienen
aquella pesca prodigiosa. Y mirando a Pedro que, como Santiago y Juan, no salían
de su asombro, el Señor les explica: …. de hoy en adelante serán hombres los
que habeis de pescar. Y ellos, dejando todas las cosas, le siguieron”.
·
“Tu barca —tus talentos, tus aspiraciones, tus
logros— no vale para nada, a no ser que la dejes a disposición de Jesucristo,
que permitas que Él pueda entrar ahí con libertad, que no la conviertas en un
ídolo. Tú solo, con tu barca, si prescindes del Maestro, sobrenaturalmente
hablando, marchas derecho al naufragio. Únicamente si buscas, la presencia y el
gobierno del Señor, estarás a salvo de los reveses de la vida. Pon todo en las
manos de Dios: que las buenas aventuras de tu imaginación, tus ambiciones
humanas nobles, tus amores limpios, pasen por el corazón de Cristo. De otro
modo, tarde o temprano, se irán a pique con tu egoísmo”.
Y para terminar recalco: Tú solo, con tu barca, si
prescindes del Maestro marchas derecho al naufragio, te vas a pique. Tus amores
limpios a pique; tus ambiciones nobles a pique; tus éxitos a pique; tu vida a
pique. Sin Jesucristo todo a pique y con Él todo a salvo.
Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red”
Digital 9 de mayo 2016