241 Santiguarse
Acabo de ver un partido de fútbol y he podido percibir lo
frecuente que es que los futbolistas al entrar o salir del campo se santigüen,
igualmente cuando marcan un gol o en otras ocasiones y no solamente los
jugadores españoles sino los de muchos lugares del mundo. Antes era muy
frecuente que cuando se salía de casa por la mañana las personas se santiguaban
para que Dios protegiera todo su día y todas sus acciones. Igualmente se santiguaban
cuando pasaban delante de la iglesia pues sabían que allí estaba Dios y lo
saludaban de esta manera sencilla y natural.
Santiguarse es una manifestación de fe, de fe en Jesucristo cuya señal
como sabemos es la Santa Cruz. Santiguarse es una manifestación de que creemos
y de que conocemos la importancia de nuestras creencias. Para muchas personas
la fe lo trasciende todo y es por ello por lo que todo el día están pendientes
de su Señor que es su creador, su guía y su meta. Hoy por desgracia apenas si
lo hacemos públicamente y cuando lo hacemos en ocasiones hacemos un garabato
pues se nos ha olvidado el verdadero signo y su auténtico significado. Podemos
pensar de nuevo lo importante que son nuestras costumbres y volver a ellas, no nos
debe avergonzar ser cristianos, ni avergonzarnos por ir a misa, ni por confesar
y comulgar, ni por identificarnos como auténticos cristianos seguidores del
auténtico Jesucristo. Ya, hoy día, la novedad no es ser ateo o agnóstico, hay
muchos; de nuevo la novedad es ser cristiano. Antes lo progre era ser comunista
o anarquista o … Ahora, lo revolucionario es ser como el Papa Francisco a
través de la revolución del amor y del servicio. La revolución es la del que
arriesga su vida dedicándola a los demás. La revolución del amor es antigua y
nueva, de siempre. Tú y yo por lo menos empecemos santiguándonos si hace falta,
empecemos amando que esto siempre hace falta y empecemos la revolución que hace
2000 años nos trajo Jesucristo, revolución que hoy aún está pendiente y se
necesitan obreros; obreros revolucionarios del amor. Tú y yo podemos, los demás
también; sigamos el camino, no nos detengamos, los obstáculos son muchos pero
en este camino la felicidad será plena: para ti y para todos. Hoy como siempre
el amor “Vale la Pena”.
Publicado en Diario
Jaén 29 de abril de 2013