172 Espíritu olímpico.
No
sólo para el
deporte sino para toda nuestra
vida es bueno
tener ese espíritu olímpico; espíritu
que daría a nuestras vidas una pureza
de intenciones muy especial y además daría una vibración
más positiva, más optimista, más esperanzadora...
El olimpismo es una forma
noble de entender
la vida.
Con espíritu olímpico todo es más
verdadero, más auténtico,
más acogedor.
Hace
falta mucha ilusión para vivir
cada día ese
espíritu olímpico; hace falta
mucha entrega, mucho sacrificio
y todo lleno
de mucho entusiasmo.
Darle
más espíritu deportivo a nuestra
vida es llenarla de valores
positivos, de pasión,
de grandeza...
En
muchas ocasiones para hacer las
cosas falta el estímulo fundamental, para que
ellas estén
hechas con el aliento estimulante
de los triunfadores. Somos en
ocasiones derrotistas, negativos,
en nuestra forma de actuar
y en la forma
de ver las
cosas, el
mundo, la
realidad. Es
por eso por
lo que necesitamos
poner el signo
+ de un optimismo
dinamizador.
El
trabajo, el descanso, la
vida familiar, la convivencia, la amistad, todo ha
de llevar el
sello enriquecedor de ese dinamismo
deportivo. Si
así fuera todo
sería más encantador, más festivo, más cercano. En múltiples
ocasiones estamos angustiados, empobrecidos, viviendo la
vida de una
forma anodina. Hay que
romper los moldes de un
ayer quizá demasiado apático y abrir las
puertas a un
mañana con signos olímpicos, deportivos, optimistas, creativos, bellos,
victoriosos...
Publicado en Diario JAÉN
28 - 9 – 2000
.