502 Música,
amor y trascendencia.
La música de una película suele proceder de un más allá misterioso.
Del cine y la música,
Morricone nos dice:
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La temporalidad hermana mágicamente las 2 realidades.
Ennio Morricone: Nació en
Roma el 10 de noviembre de 1928.
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Se licenció en el Conservatorio en tromba y
composición.
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Saltó a la fama en todo el mundo por las bandas
sonoras.
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Ha compuesto la banda sonora de más de 400
películas, colaborando con directores de gran calibre.
Ha recibido los siguientes
premios:
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27 Discos de oro. 7 Discos de platino. 3 Golden
Globe. 1 Grammy Award. León de Oro del Festival de Venecia. Un Oscar a toda su
carrera y 7 David de Donatello.
El misterio de su vida y de
su fe...
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Provengo de una familia cristiana. Mi fe ha nacido en mi familia. Mis
abuelos eran muy religiosos. Mi madre, mis hermanas y yo rezábamos siempre
antes de irnos a la cama. Recuerdo el período de la guerra. Durante esos años
terribles rezábamos el Rosario. Estábamos todos muy impresionados. Me veo de
nuevo, medio dormido, respondiendo a los Ave María de
mi madre.
¿Qué revela de sí un hombre
creyente?:
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Identifica a una persona honesta, altruista, respetuosa de Dios y del
prójimo. Amar a los otros. Esto es importante. Yo pienso verdaderamente en el
bien de los otros, que mi modo de actuar no cause el mal en el prójimo. Es
perfectamente normal para mí hacer algo por respeto a la persona con la que me
encuentro.
Valores que ha transmitido
también a su familia:
·
El del sacrificio. En estos últimos tiempos hay que sacrificarse aún más:
yo mismo algunas veces me sacrifico para ayudar a las personas que están en
paro, a las muchas preocupaciones que agobian. Con mi esposa, que es una buena
persona, escrupulosa, hemos acostumbrado a nuestros hijos a esta generosidad.
¿Cómo de cerca puede estar
la música respecto de Dios?:
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La música ciertamente está cerca de Dios.
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Al mismo tiempo, la música está proyectada en el alma y en el cerebro del
hombre. Le permite meditar.
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La música es el único arte real que se acerca verdaderamente al Padre
eterno y a la eternidad.
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Estos sonidos tienen a menudo referencias
espirituales.
Luciano Salce, director para el que he compuesto la banda
sonora de varias películas.
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Un día me llamó y me dijo: “Tengo
que dejarte”.
·
Yo le dije: “¿Por qué?
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Él contesto: “Porque yo hago
películas cómica y tu compones música espiritual, sacra. Tengo que dejarte
obligatoriamente”.
Este episodio me marcó mucho. Probablemente a veces
expreso lo sacro también cuando no lo busco o no pienso en ello.
De hecho, en su repertorio
encontramos también música sacra y hace pocas semanas usted dirigió la Missa Papae Francisci, un homenaje al
Papa Francisco de belleza intensa y única.
¿Cuál es el episodio bíblico que más ama y recuerda?
¿Cuál es el episodio bíblico que más ama y recuerda?
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Sin dudas, las parábolas de Cristo.
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El relato de las bodas de Caná me emociona mucho.
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¿Cómo no recordar la Pasión, momento importantísimo para la vida de Cristo
y de todos nosotros?
La música puede ser una
oración de gran intensidad.
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¡Ciertamente! Pero más allá de la música se necesitan:
Palabras, intenciones, concentración.
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Yo rezo una hora al día, incluso más. Es lo primero que hago. También
durante el día, así, al azar.
Se me pidió
Amen para un coro de la iglesia de Santa María de los Ángeles de Roma. Decidí
componer una obra donde sólo una palabra, «Amen»,
fuera cantada, pero con la idea de implicar a seis coros. Egisto Macchi me
pidió que escribiera un Vía
Crucis. Le respondí que sí. Recientemente he escrito una música sobre la
Creación. El aire, la luz, el agua, el fuego, la tierra, el hombre. Después, la
torre de Babel, de la que emana, en hebreo, una multitud de voces en un
crescendo cada vez más imponente.
Es evidente que la música en muchas ocasiones es la compañera de nuestra oración, yo diría que la mejor compañera.
Es evidente que la música en muchas ocasiones es la compañera de nuestra oración, yo diría que la mejor compañera.
Es
por lo tanto de agradecer que estos músicos excepcionales dediquen gran parte
de su carrera musical a componer música sacra con la que podemos unirnos a Dios
y recrearnos en la creación.
El
arte nos une a Dios. Con él arte: le vemos, le tocamos, participamos más de
cerca de sus maravillas.
Agradecemos al compositor eminentísimo Ennio Morricone:
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Su arte; su música; su talento; su valía; sus cualidades;
su dignidad como artista, como persona y como cristiano político; y su oración
que sube al cielo como un celestial y armónico clamor de valor incalculable.
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
9 de julio de 2016