365 El rico manantial del vivo romance
Aprende
que la comunicación es el pilar básico de toda relación.
Es
importante descubrir que a través de la comunicación conocemos a las personas:
Su
historia, sus pensamientos, sus intereses, sus objetivos, sus frustraciones, sus
ilusiones, sus gustos, etc.,
Así
que es por eso por lo que toma una importancia primordial en cualquier relación
el poder establecer un buen cauce de comunicación. Un cauce que ha de ser:
eficaz, claro y fluido.
Es
importante saber bien que no podemos amar lo que no conocemos.
La
calidad y estabilidad de la comunicación determina el futuro de una buena relación
amorosa.
El
diálogo les permitirá crear un proyecto de vida en común, donde es necesario:
Negociar,
fortalecer, hacer planes, ceder, agradar, llegar a acuerdos, y empatizar.
Y aprende
que, ante todo, amar es respetar.
Si
queremos a una persona y estamos unidos a ella, debemos tener claro que amar
es:
“Respetar
al otro tal y como es, y no como yo quiero que sea o como a mí me interese”.
Los
seres humanos no somos objetos para poseer o dominar, sino personas que
aportamos, y enriquecemos a los demás, con nuestra forma de ser y con nuestro
yo individual y personal.
Se
trata de una mutua relación en la que los dos ofrecen y los dos reciben por
igual.
Pero
hay que tener claro que para constituir y “ser pareja”, primero hemos de haber
alcanzado nuestra propia madurez:
“Solo
seremos capaces de respetar si hemos alcanzado nuestra propia independencia,
sin necesidad de proyectar en el otro nuestros: miedos, inseguridades o
necesidades y sin explotarlo.
1º.--
Ser maduro. Este aspecto no es estático, sino que está en permanente
crecimiento.
Madurez
significa estar receptivo a escuchar, respetar y alentar un crecimiento en tu
conciencia para volverte más sabio, atento y despierto.
Implica
capacidad para asumir tus errores, observar tus aspectos oscuros y hacerte
responsable de ellos:
Las
relaciones de pareja:
Tormentosas,
complicadas, agresivas y complejas
Suelen
darse porque sus miembros son inmaduros.
Por
lo tanto si realmente quieres experimentar un amor maduro y fuerte, es
necesario que trabajes tu propia madurez.
2º.--
Ser responsable, preocuparnos por el otro.
Nos
referimos a un acto enteramente voluntario por nuestra parte.
Sin
que este concepto degenere en ocasiones en algo tan peligroso como la
dominación o la posesividad. Ser responsable es a la vez respetar, ocuparse y
preocuparse por la otra persona, permitiendo su crecimiento personal y
valorando también su individualidad.
3º.-- No ser susceptible.
Ser
hipersensible es nocivo pues puede llegar a convertir la convivencia en algo
insoportable.
Es
menester aprender a convivir “con el otro” restando importancia a esas inevitables
dificultades de la vida en pareja.
Hay
que olvidar las pequeñas tensiones que inevitablemente conllevan cualquier
convivencia, y suavizando siempre la situación.
4º.--
El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de quien amamos:
Sin
una preocupación sincera y real no hay amor.
Ofrecer
siempre confianza, respeto y una escucha activa…
5º.--
Compresión y humor.
Dos
realidades que deben estar presentes en una relación saludable y que son
necesarias para mantener vivo el romance. Por eso debemos ponerlas en práctica:
Comprender
a nuestra pareja, y enfrentar la vida con humor para reducir la tensión y
mantener el romance siempre activo.
6º.--
El don de la oportunidad.
Para
plantear cualquier cuestión conflictiva o ante una decisión importante, se ha
de evitar hacerlo en los momentos de mal humor, cansancio o tensión.
7º.--
Dar importancia al sexo.
La
intimidad sexual es fundamental cuando de romance se trata y es que el sexo
estrecha los lazos y hace que nos unamos más a nuestra pareja, por eso nunca
puede descuidarse.
Además
es una oportunidad perfecta para combinar romance y erotismo, para hacer que
nuestra pareja se sienta deseada y sepa lo importante que es para nosotros:
No
caer nunca en la rutina sexual y mantener siempre viva la llama es fundamental
para que el romance y el amor estén siempre en nuestra relación.
8º.--
Los celos y las inseguridades.
Ambos
pueden convertirse en uno de los peores enemigos de las relaciones en pareja, y
es que una vez que se instalan resulta difícil hacerlos desaparecer.
Cuando
aparecen de forma ocasional y ante la mirada o el halago de un tercero pueden
resultar simpáticos y un signo de que el otro se interesa en ti, pero en el
punto en el que surgen sin razón aparente, lo que antes parecía una gracia se
convierte en un conflicto.
9º.-- Capacidad de reacción ante la dificultad.
Hemos
de evitar que las tensiones y problemas impidan el diálogo durante días y
fomenten los gestos negativos y el lenguaje crítico.
Hay
que saber pedir perdón, aproximarse al otro e impedir que ninguno se sienta
demasiado derrotado:
Una
pareja bien avenida se crece en las dificultades y tiene recursos para superar
y sortear los escollos de la vida.
10º.--
Evitar discusiones innecesarias.
Aprender
el arte de aceptar distintos criterios. Aquí se mezclan, con arte y oficio, el
saber ceder, el saber encajar y la capacidad para zanjar un tema sin volver obsesivamente
sobre él. Esto evitara esas discusiones que no conducen más que a alimentar la
lista de agravios y no conducen a nada.
11º.--
No olvidar los pequeños detalles.
El
mejor amor se echa a perder si no se cuida a base de pequeños detalles que hacen
agradable la convivencia:
Es
un intercambio de conductas positivas y gratificantes que parecen no tener
importancia. Por ejemplo, esperar la llegada del otro, sorprenderle con algo
agradable, ir al cine, una cena romántica, un vestido especial…
Mantener
el amor joven es mantener siempre la capacidad de sorprender al otro en cosas
menudas, insignificantes, pero que convierten al otro en ese ser único y
especial.
Es
curioso comprobar cómo esta actividad, la de amar, se inicie con tantas
esperanzas y expectaciones como ninguna otra, y sin embargo, fracase tan a
menudo.
Todos
deberíamos aprender de nuestras experiencias y saber reconocer errores,
preocuparnos por saber qué podemos cambiar para poder superar el fracaso
12º.--
El amor es una actividad, no un acto pasivo, ni un súbito arranque.
Se
trata de un estado continuado en el que hay que “dar y recibir”:
Con
solo el amor no basta, pues el amor, para los que nos movemos en un plano
terrenal y no hemos trascendido, no suele ser tan incondicional, más bien te puede
destruir si te descuidas y no lo controlas.
Así
que antes de arriesgarte ciegamente pon el entusiasmo entre paréntesis y
conéctate a un sistema de procesamiento más controlado. Si repites esta
práctica de conectarte y desconectarte con la emoción, irás forjando una nueva
habilidad que te servirá en el futuro: serás capaz de integrar razón y emoción
y discernir cuándo sobra una o falta la otra.
Fuente:
Karla Galleta. web elacorazado
Publicado
en Forumlibertas.com Opinión 23 de octubre de 2015
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 26 de octubre de 2015
Publicado
en Diario de Córdoba. Digital 27 octubre 2015
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 27 de
octubre de 2015
Publicado en Periódico de Extremadura.
Digital.
12 de noviembre de
2015