230 Palabras que dañarán a tus hijos.

230   Palabras que dañarán a tus hijos.

En “familias.com” aparecen diversos artículos a investigaciones de Miriam Aguirre, titulada en Educación Infantil. Miriam nació en México D.F. y actualmente vive en Argentina. Me encanta encontrar gente que trabaja por el bien de los demas y es por ello por lo que la lectura y estudio de estos trabajos me han sido útiles para diseñar este artículo de importancia pedagógica, familiar y social fundamentalmente para todos aquellos que queremos que nuestros niños y nuestros jóvenes crezcan en un hábitat adecuado de: respeto, tolerancia, sensatez, libertad, amor y cariño.
El desgaste del cada día, los sinsabores, las dificultades, el cansancio y la frustración que vienen con los problemas cotidianos pueden llegar a exasperarnos y hacernos decir cosas a nuestros hijos que realmente no sentimos.
Estas son algunas de las peores respuestas que podemos decirles a nuestros hijos, sean de la edad que sean, pero muy especialmente a los niños pequeños. Con los pequeños hay que tener un especial cuidado.
En todo caso siempre con los pequeños o con los menos pequeños los efectos de esas palabras pueden ir más allá de lo que crees y de lo que tú o tus hijos pueden asumir. Por lo tanto es aconsejable que nunca, por ningún motivo, salgan de nuestra boca palabras como éstas que pueden originar una honda y profunda herida, muy difícil de curar e incluso una herida crónica que dure toda la vida.
También en algún caso puede dar lugar a problemas psicológicos difíciles de resolver y que podrían necesitar aún la intervención de especialistas.
En otros casos se puede crear una barrera entre padres e hijos tan fuerte y lamentable que sea irrecuperable.
Incluso en los casos más extremos se puede llegar al odio o a la frialdad más absoluta.
Por lo tanto, insisto, mucho cuidado, mejor es no dar el paso que tenerse que arrepentir toda la vida.
Aquí tenemos algunos ejemplos:
"Eres gordo/feo/tonto".                                                            
Los niños y los jóvenes en muchas circunstancias de su vida tienen complejos relacionados con esto, que pueden ocasionar diversos problemas; si además nosotros que somos sus padres, y se entiende que les tenemos cariño, ponemos la herida en la llaga, en donde más duele, puede ser muy traumático para ellos; por lo tanto es preferible siempre evitar estos adjetivos que no dejan de ser insultos, provengan de quien provengan.
“No haces nada más que crearme problemas”.                             
Los niños y los jóvenes también tienen sus problemas y sus dificultades en la vida; si nosotros por otro lado insistimos por activa y por pasiva en los problemas que nos crean podemos abrir una herida o crear nuevos problemas. Por lo tanto hemos de tener cuidado con estos términos aparentemente inofensivos.
"No puedes hacer nada, nunca haces nada bien".                                          
Seguro que esta afirmación no tiene fundamento real, pero a veces la usamos, y siempre indebidamente, pues con ella no conseguimos mejorar la situación y si podemos empeorarla lamentablemente pues como consecuencia el hijo puede adquirir complejo de inutilidad y de no servir para nada. Y se nos puede convertir realmente en un vago o en un inútil o en un inconformista rebelde.
"Ojalá te parecieras más a tu hermano".                                 
Esta crítica mordaz puede originar una relación de envidia entre los hermanos que origine rencillas y enfrentamientos que quizás no lo hayan creado ellos, sino nuestras propias comparaciones, siempre evitables para mejorar la armonía y el cariño entre los hermanos en el hogar. Además los hijos son distintos unos a otros y no hay en ningún momento justificación, ni motivo para compararlos.
“Me das asco”                                                                                              Por muy grave que sea la situación, no uses nunca esta palabra con tus hijos. Es tremenda y puede originar una relación irrecuperable o un mal ambiente en el hogar.
"Me avergüenzas".                                                             
Nuestros hijos cometerán travesuras pero no lo harán normalmente con maldad y aun si en algún caso lo hicieran debemos perdonarlos pues son una parte muy íntima y muy nuestra y por ello merecen, en cada una de sus acciones, nuestra comprensión y nuestro cariño.
"Ojalá nunca hubieras nacido".                                                  
Estas palabras pueden producir un efecto aterrador en nuestros hijos que cuentan siempre y por encima de todo con nuestro cariño y con nuestra ternura y que saben que les queremos. Siempre tendremos que dominarnos para evitar que puedan surgir de nuestra boca estas palabras especialmente dañinas y peligrosas para su sensible condición de hijos que quieren sentirse seguros y queridos.
"Me tienes harta, ya no te quiero".                                     
Decirles a los hijos que no le queremos es un terrible error que unos padres no pueden cometer. Es cierto que los hijos a lo largo de su vida nos jugarán muchas malas pasadas pero el amor hacia ellos ha de prevalecer siempre en nuestra mente, en nuestro corazón y en nuestras palabras.
“Eres un niño no deseado".                                                             
A veces se nos escapan comentarios ciertamente estúpidos y que indican la falta de sensibilidad hacia la vida y más concreto hacia la vida de nuestros hijos. “Este vino de penalti” o “Este fue un despiste” o “Este vino con la menopausia” estos comentarios son estériles, dañinos e incluso pueden llegar a ser crueles y afectar gravemente la psicología de nuestros hijos, que siempre pensarán -o querrán pensar- que vinieron al mundo por el amor de sus padres. Nunca debemos privarle de esa dicha.
“Te desprecio".                                                                             
El desprecio tiene una fuerte carga emocional y nunca lo debemos usar con nuestros hijos, aunque estemos sobresaturados de problemas y ellos nos traigan más aún. La cautela, la prudencia, el dominio son muy importantes a la hora de hablar con ellos. Ellos no son objetos, son seres humanos sensibles que necesitan nuestro amor, nuestro esfuerzo y nuestras cualidades para que lleguen a ser personas.


Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 4  abril de 2015 

Publicado en Forumlibertas.com   6  abril de 2015